Heinz Heydrich, el hermano pequeño del carnicero de Praga, salvador de judíos

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Heinz de adolescente, con el brazo sobre su hermano mayor Reinhard Heydrich,  arquitecto de la «solución final». Se llevan un año y siete meses. (Foto:Wikimedia Commons).

La familia Heydrich era uno de los pilares sociales de la pequeña ciudad de Halle del Saale, en la Sajonia prusiana, a principios del siglo XX. El padre, Bruno Heydrich, había destacado primero como tenor y luego como compositor, y regentaba el conservatorio de la ciudad, un negocio próspero antes de la popularización del cine y de la radio, donde todas las familias con posibilidades enviaban a sus hijos para su educación musical. La madre, Elisabeth Krantz, hija del administrador del Real Conservatorio de la gran ciudad de Dresde, había contribuido significativamente a la prosperidad del matrimonio y a su consideración social. Bruno es de los pocos compositores que, a la sombra de la inmensa popularidad de Wagner, ha conseguido estrenar una ópera en Alemania, aunque no fuera un éxito. Pero es hijo de un artesano, un humilde fabricante de pianos. Y se rumorea que en realidad se apellida Süss, un apellido que se asocia a los judíos, por un famoso y vilipendiado personaje del siglo XVIII, protagonista de varias novelas y películas. En realidad su madre se había casado en segundas nupcias con un Süss protestante. Y aunque Bruno ha conseguido que se borre la nota de «nacido Süss»  en el vademécum de músicos alemanes (Musiklexikon), los rumores le persiguen, pues muchos ven en su forma de ser, extrovertido y humorista, una «confirmación» de su «carácter judío». Durante el Tercer Reich su famoso hijo mayor difundió la idea de que la familia había sido antisemita y de extrema derecha (Völkitsch) de toda la vida, pero lo cierto es que no se ha encontrado ninguna prueba de que hubiera sido miembro de ninguna de las numerosas asociaciones antisemitas de la época. Y sí de la humorística y apolítica Schlaraffia. Sigue leyendo

La justicia de Hitler; comienza a emplearse el “tratamiento especial”

El 3 de septiembre de 1939, a los dos días de iniciada la invasión de Polonia, Heydrich informa a las delegaciones de la Policía del Estado sobre los «Principios de la seguridad interior del Estado durante la guerra»:

1. Todo intento de corroer la cohesión y la voluntad de lucha del pueblo alemán será reprimido sin contemplaciones. En particular, se deberá intervenir de forma inmediata y con detención contra cualquier persona que por sus declaraciones dude del derecho a la guerra o la cuestione.

[…]

4. Seguidamente se informará sin dilación al jefe de la Policía de Seguridad, solicitándole resolución sobre el tratamiento ulterior del caso, dado que eventualmente se procederá, por instrucciones de instancias superiores, a la brutal liquidación de tales elementos.

El 8 de septiembre de 1939, el ministerio de Justicia del Reich emitió una nota de prensa, para ser reproducida en los periódicos:

El Reichsführer SS y jefe de la policía [es decir, Himmler] comunica que Johann Heinen, de Dessau, fue fusilado el 7-9-1939 por negarse a cooperar en las tareas de protección enmarcadas en la defensa nacional. Heinen era, además, un delincuente convicto por robo.

La nota proseguía mencionando dos ejecuciones más, uno fusilado por «incendio y sabotaje premeditados» y el tercero un testigo de Jehová, que se negaba a prestar el servicio militar. Sigue leyendo

Hitler no olvida sus «profecías»

La guerra empieza a no ir del todo bien en octubre de 1941. Los alemanes acaban de tomar Jarkov, pero no se avanza en Moscú, y hay fuertes contraataques en Leningrado. Parece claro que la URSS no se va a derrumbar antes del invierno. Hitler, en sus conversaciones de sobremesa, sabe perfectamente a quién debe culpar.

25 de octubre de 1941, por la tarde.

Invitados especiales: el Reichsführer SS Himmler y el SS Obergruppenführer Heydrich

Desde la tribuna del Reichstag profeticé a la judería que los judíos desaparecerían de Europa en caso de que no pudiera evitarse la guerra. Esta raza de criminales tiene sobre la conciencia los dos millones de muertos de la primera guerra mundial, y ahora ya centenas de millares. ¡Que no venga nadie a decirme que no se les puede acorralar en las regiones pantanosas de Rusia! Entonces, ¿quién se preocupa de nuestrso soldados? No importa tampoco que el rumor público nos adjudique el designio de exterminar a los judíos. El terror es saludable.

La tentativa de crear un Estado judío sería un fracaso.

Las conversaciones privadas de Hitler (Bormann-Vermerke) Traducción de Alfredo Nieto, Alberto Vilán, Renato Lavergne y Alberto Clavería. Editorial Crítica, Barcelona 2004.  Pg. 70.

Más referencias a su «profecía» en el diario de Goebbels el 27 de marzo de 1942, el 14 de diciembre de 1942, y en el discurso de Himmler el 5 de mayo de 1943.

Heydrich y los primeros Einsatzgruppen en Polonia

Como ya hemos señalado en otra ocasión, ya se crearon Einsatzgruppen (grupos especiales) para la captura y ejecución sumaria de opositores desde la primera anexión realizada por el III Reich, el Anschluss de Austria  a comienzos de 1938. Se volvieron a formar para la crisis de los Sudetes en octubre del mismo año, y se iban formando y disolviendo cada vez que eran necesarios para «limpiar» un nuevo territorio. Además de capturar y ejecutar personas, también estaban encargados de recopilar información y asegurar edificios oficiales con sus archivos e infraestructuras. Como responsables ante Heydrich, nunca estuvieron formados en exclusiva por miembros de las SS, sino que contaban con representantes de casi todas las policías alemanas, desde la Gerdarmerie (policía «rural,» de uniforme, como los carabineri italianos o la Guardia Civil española) a la Gestapo, (Geheime Staatspolizei, policía secreta del estado); «del SD (Sicherheitsdienst, Servicio de Seguridad, el contraespionaje) a la Kripo (Kriminalpolizei, policía criminal, encargada de investigar robos), etc. Prácticamente todos los organismos policiales, bajo el mando de Himmler y Heydrich, destinaron parte de su personal para estas tareas, más o menos esporádicas, hasta que llegó la gran expansión de Barbarroja. Pero su primer gran reto, como ya hemos visto, fue la «limpieza» de Polonia. Ya no se trataba de detener o asesinar a un par de miles de opositores.

El jefe de la Policía de Seguridad [Reinhard Heydrich]

PP(II) 288/39 secreto

Berlín, a 21 de septiembre de 1939.

Carta urgente a todos los jefes de los grupos de Einsatzgruppen:

Objeto: la cuestión judía en los territorios ocupados

Hago referencia a la sesión que hoy ha tenido lugar hoy en Berlín para recordar, una vez más, que el conjunto de medidas proyectadas (es decir, el objetivo final) debe mantenerse rigurosamente en secreto.

Es necesario distinguir entre:

  1. El objetivo final (que necesita plazos bastante largos para realizarse), y:
  2. Las etapas necesarias para alcanzar esto objetivo (que deben llevarse a cabo en el plazo más corto posible).

Las medidas propuestas requieren una preparación de las más minuciosas, tanto desde el punto de vista técnico como económico.

No hay que decir que los objetivos a alcanzar no pueden ser fijados en todos sus detalles aquí en Berlín. Las sugestiones y líneas directrices tienen como fin alentar a los jefes de los Einsatzgruppen a estudiar y organizar sus planes.

PS-3363. Poliakov, León: «Auschwitz. Documentos y testimonios del genocidio nazi» (Auschwitz , 1964. Traducción de Alfredo Pastor). Ediciones de Occidente, Barcelona 1965. pp 10-11 Sigue leyendo

Los «orígenes judíos» de Heydrich

La paranoia del antisemitismo nazi no respetaba nada, y en las luchas en el partido por el poder nadie dudaba en aprovechar todo tipo de rumores acerca de si éste o aquél dirigente rival, en realidad, tenía orígenes judíos.

Los rumores en el caso de Reinhard Heydrich eran infundados, pero no fueron inventados por sus enemigos del partido, ni siquiera por la malévola propaganda aliada. Los rumores persiguieron a su familia sobre todo por la «forma de ser» de su padre, e ilustran bastante bien cómo la monomanía antisemita podía volverse incluso contra sus más fervientes partidarios.

… Su padre, Bruno Heydrich, era un hombre hecho a sí mismo, un cantante y compositor menor que había ascendido entre la clase media gracias a su duro trabajo y a un afortunado matrimonio con Elizabeth Kranz, hija de una próspera familia musical de Dresde. Sigue leyendo

No se permiten fotografías

Como acabamos de ver, la corrección de los soldados de este 11º ejército en el comienzo de Barbarroja está fuera de toda duda. Por ello Wöhler, el jefe del Alto Mando de este 11º ejército, tuvo que escribir la siguiente orden, nada menos que el 22 de julio de 1941. Hay que señalar que los verdugos, en esta ocasión, son las tropas rumanas en Balti, y que los alemanes son sólo testigos (NOKW-2523):

Ante un caso especial, es necesario señalar explícitamente lo siguiente.

Debido a la concepción que en la Europa oriental tienen de la vida, es posible que los soldados sean testigos de acontecimientos  (tales como ejecuciones masivas, asesinato de civilies, judíos y otros) que los alemanes no pueden impedir en este momento, pero que infringen muy profundamente su sentido del honor.

Cualquier persona normal tiene claro que no debe tomar fotografías de unos excesos tan desagradables ni informar de ellos cuando escribe a casa. La distribución de fotografías y la difusión de noticias sobre tales acontecimientos se considerarán una subversión de la decencia y de la disciplina en el ejército y serán estrictamente castigadas. Todas las fotografías, los negativos y los informes sobre dichos excesos deberán recogerse y enviarse a la Ic/AO del ejército, con una nota indicando el nombre del propietario.

Contemplar con curiosidad dichos procedimientos está por debajo de la dignidad del soldado alemán.

Hilberg, Raul: La destrucción de los judíos europeos (The destruction of european Jews 1961-2002, traducción de Cristina Piña Aldao). Akal, Barcelona 2005. pg.354

Otra orden semejante en el 6º ejército el 10 de agosto de 1941 se ha conservado como NOKW-1654 . También Heydrich el 12 de noviembre prohibió a sus hombres que tomasen fotografías. Se mandarían fotografías «oficiales», sin revelar, a la RSHA IV-A-1 como asunto secreto del Reich.

Himmler después del funeral de Heydrich

Discurso de Himmler a los asistentes, SS Gruppenfuehrers, y jefes de departamento, después de la ceremonia pública. Berlin, 8 de junio de 1942.
El discurso comenzó con una reflexión sobre la inevitabilidad de la muerte y de la dureza de la guerra, para a continuación describir el futuro que se preparaba para el pueblo alemán en el este.

[…]

Si no hacemos aquí los ladrillos, si no llenamos nuestros campos de esclavos -y en este contexto, lo diré todo de la manera más llana y clara-, de trabajadores esclavos para construir nuestras ciudades, nuestros pueblos, nuestras granjas, sin considerar las pérdidas; entonces, después de una larga guerra, sencillamente no dispondremos del dinero para acabar los asentamientos de tal manera que el pueblo alemán pueda vivir aquí y echar raíces ya en la primera generación.

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