Von Rundstedt, mariscal profesional

Gerd von Rundstedt es uno de esos oficiales prusianos, maestros de la blitzkrieg, a los que los admiradores de la Wehrmacht han querido atribuir la etiqueta de  «apolítico«, que en el fondo despreciaba a esos advenedizos nazis. Pese a ello fue uno de los comandantes más exitosos de las ofensivas sobre Polonia,  Francia y el inicio de Barbarroja. Es uno de los altos oficiales que es relevado del mando en diciembre de 1941, por oponerse a las ideas de Hitler de defensa a ultranza, así que a partir de aquí se supone que es un oficial «apolítico» y que no obedece ciegamente al Führer.

Mando Supremo

Cuartel General

Grupo de Ejércitos Sur

24 de septiembre de 1941.

Ic/AO (Abw. III)

Ref: Combatiendo elementos anti-Reich.

La investigación y el combate contra los elementos enemigos del Reich (comunistas, judíos y sus simpatizantes) en la medida en que no se han incorporado al ejército enemigo, son sólo responsabilidad de los Sonderkommandos de la Policía de Seguridad y el SD en las áreas ocupadas. Los Sonderkommandos tienen la responsabilidad exclusiva para tomar los medios necesarios para su final.

Las acciones sin autorización por parte de miembros individuales de la Wehrmacht, o la participación de miembros de la Wehrmacht en los excesos de la población ucraniana contra los judíos están prohibidas, así como el contemplar o fotografiar las medidas de los Sonderkommandos.

Esta prohibición debe ser comunicada a miembros de todas las unidades. Los superiores de todos los rangos son responsables de asegurarse que se cumple esta prohibición. En el caso de que se viole esta orden, la causa será examinada para determinar si el superior no ha cumplido con su deber de hacer cumplir esta orden. Si se da ese caso será castigado severamente.

(Firmado) Von Rundstedt.

The Good Old Days. The Holocaust as Seen by Its Perpetrators and Bystanders. Klee, E; Dressen, W; y Riess, V., editors. (traducción del alemán de Deborah Burnstone). Konecky&Konecky Old Saybrook, 1991. pg. 116. Referencia de archivo pg. 285 NOKW-541. Sigue leyendo

No se admiten espontáneos

Manstein en sus memorias, tras recordarnos lo disgustadísimo que estaba con la «Orden de los Comisarios«, y cómo no la cumplía mientras estaba al mando del  LVI Cuerpo Panzer (Grupo de Ejércitos Norte) nos cuenta que al llegar al estado mayor del 11º ejército (Grupo de Ejércitos Sur) por la muerte de su anterior comandante, allí tampoco se cumplía.

Que esta actitud mía era la normal y corriente en el Ejército, lo demuestra lo sucedido cuando me hice cargo del mando del Decimoprimer Ejército, pues que [sic] tampoco allí se dio cumplimiento a la «orden de los comisarios». Los pocos que fueron pasados por las armas, no habían sido capturados en combate, sino en zonas de retaguardia, convictos de organizar o mandar partidas de francotiradores. No hicimos con ellos otra cosa que aplicarles las leyes de guerra.

Von Manstein, Erich: Victorias frustradas (Verlorene Siege, 1955. Traducción M. Picos Vilabella). Inédita,  Barcelona 2006 pg. 232.

Manstein fue nombrado comandante de este 11º Ejército el 12 de septiembre de 1941, al aterrizar el Storch de su predecesor en un campo de minas. Una de las unidades del 11º ejército, el XXX Cuerpo de ejército había distribuído la siguiente orden, a nivel de compañías, el 2 de agosto de 1941:

Participación de los soldados en las acciones contra judíos y comunistas.

Es necesario quebrar a cualquier precio la fanática voluntad mostrada por los miembros del partido comunista y por los judíos de detener el avance del ejército alemán cueste lo que cueste. Con el objeto de mantener la seguridad en el Área de Retaguardia del Ejército es necesario, por lo tanto, tomar medidas drásticas [dass scharf durchgegriffen wird]. Ésta es la tarea de los Sonderkommandos. Desafortunadamente, sin embargo, en una acción de este tipo ha participado personal militar. Por lo tanto, ordeno en el futuro:

Sólo pueden tomar parte en dichas acciones aquellos soldados a los que específicamente se les haya ordenado. Además, prohíbo a cualquier miembro de esta unidad participar como espectador. En lo que respecta al personal militar asignado para estas acciones, tiene que estar mandado por un oficial. El oficial debe encargarse de que las tropas no cometan excesos desagradables.

El comandante del XXX Cuerpo de Ejército {198. Infanterie-Division, 49. Artillerie Rgt. Stab (mot.), II./54. gemischter Artillerie-Abt. (mot.). I./77. schwere Feldhaubitzen-Abt.(t) (mot.)} era el Generaloberst von Salmuth. Órdenes semejantes se impartieron también al 6º Ejército el 10 de agosto de 1941. Aunque el comandante de ese ejército era von Reicheneau, estaba firmada por el mando de todo el Grupo de Ejércitos Sur, Von Rundstedt (NOKW-1654).  Rundstedt mandó otra orden semejante al mando del Área de Retaguardia de su Grupo de Ejércitos el 24 de septiembre de 1941. (NOKW-541)

Hilberg, Raul: La destrucción de los judíos europeos (The destruction of european Jews 1961-2002, traducción de Cristina Piña Aldao). Akal, Barcelona 2005. pg.355-56

Barbarroja y von Reichenau

Mariscal de campo Walter von Reichenau (1884-1942), comandante en jefe del 6º Ejército, orden del 10 de octubre de 1941 (D-411)

[…]

El objetivo esencial de la campaña contra el sistema judeobolchevique es la destrucción completa de sus instrumentos de poder y la erradicación de la influencia asiática sobre la esfera cultural europea…. En el Este, el soldado no es sólo un combatiente que sigue las reglas de la guerra, sino también el portador de un concepto racial [völkkischen Idee] inexorable y el vengador de todas las bestialidades que se han cometido contra los alemanes y las razas afines.

Por lo tanto, el soldado debe poseer una comprensión completa de la necesidad de la expiación, severa pero justa, que le corresponde a la subhumanidad judía [am Jüdischen Untermenschentum]. Ello tiene el objetivo complementario de cortar de raíz, en la retaguardia de la Wehrmacht, los conatos de rebelión que, como demuestra la experiencia, siempre traman los judíos. […] Sólo de este modo cumpliremos con nuestro deber histórico de liberar al pueblo alemán de una vez por todas de la amenaza judeoasiática.

Von Reichenau ha pasado a la historia como uno de los oficiales más fielmente sometido a las consignas de Hitler, expresando siempre su deseo de cumplir sus órdenes hasta el último detalle, identificándose sin problemas con la «guerra racial» hasta en sus últimas consecuencias. Sin embargo, es el único de los «grandes» militares de la preguerra que no tuvo tiempo de ver cómo cambiaba la marea, ya que murió el 17 de enero de 1942. No tuvo tiempo de hacer desaparecer papeles comprometedores. No pudo escribir unas memorias. Por el contrario, su desaparición daba vía libre a sus compañeros para que, por comparación, sus carreras parecieran más limpias. Ellos tenían escrúpulos, no como ese arribista de Reichenau.

Pero esta orden (aquí está completa, en inglés) aparte de las alabanzas de Hitler, también recibió la aprobación del mariscal de campo von Rundstedt como comandante del Grupo de Ejércitos Sur, que la redistribuyó a los otros ejércitos a su cargo: 11º, 17º y 1º ejército pánzer, así como al comandante del Área de retaguardia del Grupo de Ejército Sur, el 17 de octubre de 1941. (NOKW-309). Desde el 12 de septiembre, Von Manstein es el comandante del 11º Ejército, y el 20 de noviembre decide reforzar la proclama de Reichenau con la suya propia.

Documento original en alemán, página uno y página dos.

Wistrich, Robert. S.: Hitler y el holocausto (Hitler and the Holocaust, 2001, traducción de Ricard Martínez). Mondadori, Barcelona 2002, pg 161.

Kershaw, Ian: Hitler 1936-1945 (Hitler,1936-1945 Nemesis, 2000, traducción de José Manuel Álvarez Flórez). Península, Barcelona 2000. pg. 457.

Hilberg, Raul: La destrucción de los judíos europeos (The destruction of european Jews 1961-2002, traducción de Cristina Piña Aldao). Akal, Barcelona 2005. pg.351