Afortunadamente, en África sólo luchan caballeros

Orden para rommel el 9de abril de 1942

 

La figura de Erwin Rommel sigue siendo una de las más populares de la segunda guerra mundial, tanto por méritos propios, como por la propaganda de ambos bandos. Durante la guerra la genialidad de Rommel fue una buena excusa para los descalabros ingleses en el norte de África. Después de ella, su implicación, más o menos matizada con los conspiradores del 20 de junio, y  su misteriosa muerte añadieron nuevas dimensiones a su leyenda. No fue hasta los ochenta en que el coro de admiradores cedió el paso a algunas voces críticas, que descubrieron en él un genial táctico, pero un pésimo estratega, incapaz de manejar a un ejército más allá del campo de batalla, y de negarse a entender que eso de la logística es algo más que una excusa del alto mando para no proporcionarle más armas y tropas.

También forma parte de la leyenda el fair play, o su supuesto antirracismo, cuando obligó a compartir recinto a prisioneros sudafricanos blancos y negros. Claro que esto puede interpertarse simplemente como un intento de molestar a los impertinentes afrikaner, más que por una supuesta convicción igualitaria. En cuanto a política, se sigue discutiendo su implicación en la conjura de Stauffenberg, lo único en lo que parece que se ponen de acuerdo los historiadores es en que estuvo al tanto de la conspiración, y que no delató a sus integrantes.

Lo que nadie puede discutirle es que se negó a cumplir dos órdenes secretas dictadas directamente por Hitler, la Kommandobefehl (orden de los comandos), del 18 de octubre de 1942, en la  que ordenaba ejecutar sin  contemplaciones a quien llevase ese uniforme, y esta otra menos famosa, particular para el ejército de África, Sigue leyendo

Oficiales de la Luftwaffe. Conversaciones indiscretas (2)

CSDIC (Reino unido) INFORME SR, SRGG 209 (TNA, WO 208/4165).
GEORG NEUFFER Generalmajor [general de división] – (General al mando, 20 División Antiaérea). Capturado el 9 de mayo de 1943 en Túnez.
GERHARD BASSENGEGeneralmajor – (General al mando, Defensa antiaérea de Túnez/Bizerta). Capturado el 9 de mayo de 1943 en Túnez.

Información recibida: 14 de julio de 1943

NEUFFER: ¿Qué dirán cuando encuentren nuestras fosas en Polonia? Los del OGPU (servicio secreto soviético) no pueden haber hecho nada peor. Yo mismo he visto un transporte en Ludowice ¿? Junto a Minsk; debo decir que era una visión espantosa. Había camiones repletos de hombres, mujeres y niños… niños muy pequeños. Es una imagen horrible. Las mujeres, los niños pequeños que, naturalmente, no sospechaban nada… ¡Terrible! Por supuesto, yo no miré cuando los estaban asesinando. Sigue leyendo

Conversaciones indiscretas (1)

CSDIC (Reino unido) INFORME SR, SRM 175 (TNA, WO 208/4165).

LUDWIG CRÜWELLGeneral der Panzertruppe [general de fuerzas blindadas] – Capturado el 29 de mayo de 1942 en el norte de África. WILHEIM RITTER VON THOMA General der Panzertruppe – Capturado el 4 de noviembre de 1942 en el norte de África.

Información recibida: 14 de febrero de 1943

THOMA: En marzo vino a verme un Staatsanwalt [fiscal de distrito] desde Minsk; era un auténtico Staatsanwalt de Berlín. Era un hombre de alrededor de cuarenta años,  me rogó que hiciese todo lo que estuviera en mi mano para que pudiera alistarse como soldado en cualquier puesto… era un suboficial de la reserva. Me dijo: «No soporto más lo que está ocurriendo aquí». Después me contó la clase de cosas que sucedían. Sé muy bien que allí había patanes verdaderamente salvajes, brutalizados, que pisoteaban el vientre a las mujeres embarazadas, y ese tipo de cosas.

CRÜWELL: Sí, pero esos son casos muy aislados, por los que no se puede culpar ni siquiera a las SS. ¡No me puedo creer que haya alemanes capaces de hacer una cosa así!

THOMA: Yo tampoco lo hubiera creído si no lo hubiera visto. Escribí dos informes al respecto. Creo que no se me puede acusar de tener responsabilidad alguna por ello.

CRÜWELL: ¿Qué escribió usted en esos informes?

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Speer leyendo las memorias de Doenitz en Spandau, 1959

23 marzo 1959
Con intervalos de varios días, leo las Memorias de Doenitz, que acaban de ser publicadas. Son interesantes y, posiblemente, también auténticas, aunque sólo en cuestiones de armamento y organización. En cambio, silencia o encubre con fantásticas invenciones su postura política, su relación con Hitler y su fe nacionalsocialista infantil. Es el libro de un hombre sin visión. Para él, la tragedia del pasado se reduce a la pobre cuestión del examen de los errores que fueron los posibles causantes de la pérdida de la guerra.

24 de marzo, 1959.
Cuanto más leo estas Memorias, tanto más incomprensible me resulta que Dönitz encubra sistemáticamente su relación personal con Hitler. Según escribe, participó sólo en conferencias de la Wehrmacht, y era llamado por Hitler únicamente para estudiar cuestiones relacionadas con la Marina. Quiso ganarse la confianza de Hitler sólo para imponer sus exigencias de que se prestara mayor atención a la Marina. Cierto que menciona ocasionalmente haber comido con Hitler, pero no revela nada del contenido de las conversaciones. ¿Por qué omite que éste, a su vez, le tenía en muy alta estima, como apenas a ningún otro oficial? Era frecuente oír a Hitler decir: «¡Ése es un hombre, por el que siento respeto! ¡Cómo domina todas las cuestiones! ¡Cuando se trata del Ejército de Tierra y de la Luftwaffe, las informaciones que se me facilitan son nebulosas. ¡Para desesperarse! En el caso de Dönitz, sé de verdad dónde estoy. Es un nacionalsocialista convencido y mantiene apartada a la Marina de todo influjo pernicioso. ¡La marina no capitulará jamás! Dönitz ha inculcado en ella el concepto nacionalsocialista del honor. Si los generales del Ejército de Tierra tuviesen este espíritu, no se habrían entregado sin lucha las ciudades ni se habría retrocedido en los frentes que yo había ordenado mantener a toda costa». Después del 20 de julio, oí decir a Hitler en su Cuartel General, tras una larga explosión contra los generales del Ejército: «¡Ni uno solo de estos criminales pertenecía a la Marina! ¡No hay en ella ningún traidor! [Nota: en la traducción inglesa, y supongo que en el original alemán, la cita de Hitler es «¡No había ningún Reichpiest!», por el marinero líder del motín de Kiel de 1917] ¡El Gran Almirante actuaría con mano de hierro si advirtiera el más leve derrotismo! ¡Lo tengo por el mejor de mis hombres!»
Él no nos dice nada de todo esto. Incluso mima su imagen en detalles de poca monta. Así, afirma que siempre se mantuvo alejado del hecho central, que figuró siempre sólo en puestos de combate próximos al frente. Sin embargo, su Cuartel General estuvo al principio en un edificio para oficinas de París; después en Berlín, en la Steinplatz; y, posteriormente, en el Alto Mando de la Armada. Al afirmar que estuvo en todo momento cerca del frente, pretende demostrar su alejamiento de la responsabilidad conjunta.

Speer, Albert: Diario de Spandau. (Spandauer Tagebücher, 1975) Traducción de Manuel Vázquez y Ángel Sabrido. Mundo Actual de Ediciones, Barcelona 1976. pg. 337-338. (Reedición en la colección de kiosco “memorias de guerra”, de la Editorial Altaya, Madrid 2008). [pg. 333-334 de la edición en inglés de Phoenix Press, Londres 2000]

Los médicos de la Luftwaffe, agradecidos a Himmler

Otra muestra de la cordial correspondencia entre Himmler y los médicos de la Luftwaffe. Obsérvese cómo, en este caso, el médico sabe perfectamente que sus experimentos hasta ahora no tienen resultados prácticos, pero que está feliz de expresar su agradecimiento al poderoso Himmler.
Además anuncia que complementará la experimentación en Dachau con otras en un aeródromo en Alemania. No hay nada que esconder a los ojos del resto de la Luftwaffe.

10-10-1942
Señor ministro del Reich [Himmler]:
Mis más rendidas gracias en nombre de la investigación científica alemana en la rama de la medicina aviatoria, por la gran ayuda que usted ha prestado a los experimentos de Dachau y el interés con que los ha seguido: dichos experimentos han representado para nosotros un muy valioso e importante complemento de nuestros trabajos.
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Las excusas de Milch

En esta entrevista, realizada en Nuremberg el 28 de febrero de 1946, Milch se “defiende” ante en el entrevistador ya que sabe que el Tribunal de Nuremberg tiene documentos que contradicen sus declaraciones anteriores, semejantes a los del resto de oficiales y altos mandos. Él no sabía nada sobre el trato dado a los judíos o la existencia de campos de concentración. Todas esas cosas  eran responsabilidad de Hitler y Himmler. El entrevistador es León Goldhenson, médico y psiquiatra destinado en Nuremberg, compañero del más famoso G. M. Gilbert. Murió en 1960, y sus entrevistas se han publicado por primera vez en 2004, estando a cargo de la edición Robert Gellately, el autor de “No sólo Hitler” y “La Gestapo y la sociedad alemana”. Sigue leyendo

Himmler informa al mariscal Milch sobre los «experimentos» en curso para la Luftwaffe

Reichsführer de las SS [Himmler]
Núm. 1397/42

Puesto de mando, 24 de octubre de 1942.
Dr. Sigmund Rascher
Trogerstrasse, 56.
Munich

Secreto de estado.
3 despachos.
Despacho 2º

Querido Rascher:
Tengo el gusto de acusarle recibo de su carta de 9 de los corrientes y de sus dos notas de 16 de los corrientes.
He leído con sumo interés su informe sobre los experimentos de enfriamiento con hombres. El Obersturmbannführer de las SS [teniente coronel] Sievers le facilitará a usted la posibilidad de que los resultados sean estudiados por organismos con los cuales estamos en relación.
A la gente que todavía hoy se escandaliza por tales experimentos, prefiriendo que valientes soldados alemanes mueran de resultas del excesivo enfriamiento, les tengo por culpables de alta traición, y no vacilaré en comunicar el nombre de tales señores a las autoridades competentes. Le autorizo a comunicar este criterio mío a quien pueda intervenir en el asunto. Sigue leyendo