Los generales hablan de Sepp Dietrich

Conversaciones indiscretas (7)

Von Thoma habla de Josef (Sepp) Dietrich con unos colegas. Von Thoma fue el comandante del componente terrestre de la «Legión Condor» en la guerra civil española de 1936-39. Dietrich fue uno de los primeros encargados (1928) de la guardia de personal de Hitler, que después transformaría en toda una división pánzer, la 1.ª Waffen SS Leibstandarte Adolf Hitler.  Fue el máximo responsable de los condenados en los juicios de Dachau por la llamada «Masacre de Malmedy«, en realidad 434 víctimas de nueve fusilamientos, en cuatro días, de prisoneros y civiles por miembros del 1º regimiento de la Leibstandarte. Sigue leyendo

Malmedy, Dietrich y Peiper. El célebre artículo «de» Van Roden

(Viene de Joachim Peiper y “la” matanza de Malmedy y La masacre de Malmedy: Primeras alegaciones).

En febrero de 1949 apareció en la revista The Progressive, un artículo firmado por el juez Van Roden, titulado «Atrocidades americanas en Alemania», cuyo contenido reproduce toda web «revisionista» que se precie, sin que den importancia al hecho de que el escritor no niega que los crímenes juzgados realmente tuvieron lugar. Si se desea leer íntegra, basta con que teclee en un buscador «carta Van Roden», y aparecerá en distintos enlaces. También suele resucitarse en los foros de historia militar, así que no aparece exclusivamente en páginas revisionistas.

Lo que más llama la atención del artículo son los párrafos que dicen que

Todos menos dos de los alemanes, en los 139 casos que nosotros investigamos, habían sido golpeados en los testículos más allá de cualquier reparación. Este era el Procedimiento Normal de Operaciones de los investigadores americanos.

Para cuando se publicó este artículo, 5 de los 29 condenados a muerte que la comisión había recomendado conmutar a cadena perpetua habían sido ejecutados.

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«La» masacre de Malmedy. Primeras alegaciones

(Viene de Joachim Peiper y “la” matanza de Malmedy)

Peiper y Dietrich se retractaron de sus declaraciones, pero el testimonio de varios de sus subordinados hizo que los condenaran. El abogado de la defensa, el teniente coronel Willis M. Everett, que estaba seguro de que eran culpables, convenció a varios SS para que no declararan contra sí mismos. Por el contrario, Joaquim Peiper, se ofreció voluntariamente a responsabilizarse de todo si con ello se absolvía a sus hombres, oferta que fue rechazada por los jueces. Este gesto de Peiper no impresionó demasiado al tribunal, pero sí a Everett, un «gentleman» de una de las mejores familias de Atlanta, que dedicaría durante años grandes esfuerzos a favor de los acusados. Las condenas: 73 procesados de la 1º SS Leibstandarte, todos excepto uno culpables. La mayoría condenados a muerte, el resto a condenas de prisión, de perpetua a 20-10 años. El detalle de las condenas en este enlace.

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Joachim Peiper y «la» matanza de Malmedy

Recientemente una revista de Historia militar (Serga nº 45) ha publicado un artículo sobre Peiper «La última batalla de Joachim Peiper» centrado en la muerte del antiguo militar nazi, asesinado el día de la Bastilla en su casa a las afueras un pueblo francés, (Traves, a unos 200 km de Alemania) el 14 de julio de 1977. Como siempre, se dan por probadas —e injustificables— las torturas durante su juicio. Como casi siempre, se pasa de puntillas sobre el tema de si fue o no criminal de guerra, como si el hecho de haber sido torturado (física, psicológicamente o ambas cosas) por los norteamericanos fuera el único punto de interés.

El tema de «la» matanza de Malmedy no lo había investigado demasiado, más que nada porque daba por supuesto que incidentes de este tipo se dan en todo tipo de guerras, y que éste se había magnificado por la opinión pública norteamericana, alemana… y neonazi. Tampoco había leído ningún dato especialmente relevante sobre esta matanza (en singular).

Pero resulta que no era tan singular. Resulta que se dieron nueve diferentes en los seis días siguientes al primero de la ofensiva, del 17 al 22 de diciembre de 1944, y no sólo de prisioneros yanquis (parece mentira qué afán tenían por escaparse) sino también de civiles belgas, en Stavelot y Wanne.

Estos fueron los casos expuestos en el tribunal:

  1. 84 prisioneros norteamericanos en el cruce de cinco carreteras cerca de Baugnez, Bélgica, el 17 de diciembre de 1944 (ésta es «la» masacre de Malmedy, que saltó en todos los periódicos USA cuando se encontraron 72 cuerpos entre la nieve el 13 de enero. Otros 12 aparecieron con el deshielo).
  2. 50 prisioneros norteamericanos en los alrededores de Bullingen, 17 de diciembre de 1944.
  3. 19 prisioneros norteamericanos en Honnsfeld, Bélgica, el 17 de diciembre de 1944.
  4. 93 civiles en Stavelot, Bélgica, el 18 de diciembre de 1944.
  5. 31 prisioneros norteamericanos en Cheneux, Bélgica, el 18 de diciembre de 1944.
  6. 8 prisioneros norteamericanos en Stavelot, el 19 de diciembre de 1944.
  7. 44 prisioneros norteamericanos en Stoumont el 19 de diciembre de 1944.
  8. 5 civiles en los alrededores de Wanne, Bélgica, el 20 de diciembre de 1944.
  9. Cerca de 100 prisioneros norteamericanos en La Gleize, Bélgica el 18, 21 y 22 de diciembre de 1944.

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Himmler y sus Waffen SS

Desde 1934 estaba claro que Himmler preparaba a sus SS para crear su propio ejército privado, una guardia pretoriana más allá de la autoridad de la Wehrmacht, con capacidad de combate y leal sólo a su führer. Nadie debía acusar a sus policías, o a los guardias de los campos de concentración, de escabullirse del frente.

Los comienzos de esta «élite» no fueron muy prometedores, pero lo que les faltaba en experiencia o adiestramiento lo suplieron con su entusiasmo, y sufriendo más bajas que otras unidades. En Polonia, pese a su entusiasmo (o por el mismo) el regimiento motorizado de guardia de Hitler (el Leibstandarte de Sepp Dietrich) fue cercado y tuvo que ser rescatado por vulgar infantería. Al estar sometidos a la disciplina del ejército, éste se empeñó en juzgar a un policía y a un soldado de artillería de las SS por asesinar a una cincuentena de judíos. Fueron condenados a tres años. Pero no tuvieron que cumplir ni un solo día, ya que hubo una amnistía general para todos los casos de este tipo de «indisciplina,» antes de la campaña de Francia. Sigue leyendo