De vez en cuando, y quizás en la estela de Irving, alguien se descuelga con eso de que «esas barbaridades» que se cometían, especialmente contra los judíos, no eran responsabilidad directa de Hitler. Que sus discursos eran sólo eso, palabras que «algunos exaltados» interpretaban a la tremenda. Aquí tenemos otra referencia más a las «profecías» de Hitler en sus discursos, y cómo se «emitían» y tomaban completamente en serio.
27-marzo-1942
Empezando por Lublín, los judíos del Gobierno General están siendo evacuados hacia el Este. El procedimiento es un poco bárbaro y no es preciso describirlo detalladamente aquí. No quedarán muchos judíos. En conjunto puede decirse que el 60 por ciento tendrán que ser liquidados; quedan únicamente un 40 por ciento para utilizarlos en trabajos forzados.
El anterior Gauleiter de Viena, que está llevando a la práctica estas medidas, cumple sus instrucciones con una considerable circunspección y en forma que no llama demasiado la atención. Sobre los judíos cae una sentencia que, aun siendo bárbara, la merecen por entero. Lo que el Führer les profetizó por haber arrastrado al mundo a una nueva guerra, está convirtiéndose en realidad de la forma más terrible. Pero no es posible mostrarse sentimental en este asunto. Si no combatimos a los judíos, nos destrozarán. Es una lucha a vida o muerte entre la raza aria y el bacilo judío. Ningún otro gobierno o régimen tendría la fortaleza precisa para una solución global del problema. También en este punto el Führer es el campeón incansable de una solución radical que exigen las circunstancias y que ha de ser inexorable. Afortunadamente, la guerra nos ofrece una larga serie de posibilidades que no tendríamos en tiempos de paz. Tenemos que aprovecharlas.
Los “guettos” que se quedan vacíos en las ciudades del Gobierno General se llenarán con los judíos expulsados del Reich. Esta medida se repetirá de vez en cuando. No hay nada divertido ni agradable en los judíos, y el hecho de que los representantes de la judería en Inglaterra y América estén organizando y dirigiendo la guerra contra Alemania, tiene que ser pagado muy caro por sus representantes en Europa, cosa enteramente justa.
Joseph Goebbles:Diarios (The Goebbels Diaries. Edición de Louis P. Lochner) Traducción de Eduardo de Guzmán. Editorial “Los libros de Nuestro Tiempo, José Janés director”. Barcelona, 1949. pgs. 162-163.
os recomiendo dos lecturas sobre el holocausto.
Gafas doradas para un mundo sin luz, y mariposas verdes y amarillas
Me gustaMe gusta
Es asombroso,terriblemte asombroso.Es una realidad que no se puede explicar con palabras.Deja al estudioso de esta época impresionado´,impresionado por el comportamiento humano.
Me gustaMe gusta
Pingback: Recordando las “profecías” de Hitler « antirrevisionismo
Pingback: Hitler no olvida sus “profecías” « antirrevisionismo
uno se confunde con tantos ataques de falsa bandera….¿quien dice la verdad?,¿como reconocerla?,¿alguien puede decirme?.
Me gustaMe gusta
Pingback: Panzermeyer en Trent Park; Hitler y el exterminio de los judíos | antirrevisionismo
Pingback: Sobre técnicas de propaganda nazi y judíos genocidas | la recacha