Hitler juzga a los españoles (y a los soldados de la div. azul) III

La entrada de la noche del 4 al 5 de enero de 1942 es de las más extensas, y la que más gustan de citar los neonazis españoles, convenientemente acotada. Lo cierto es que sitúa a los españoles, como en otras ocasiones, como buenos auxiliares, a la altura de los húngaros, y por encima de los rumanos. Tan valientes como estúpidos, irresponsables y vagos. Recuerda las reflexiones de Goeben durante las guerras carlistas, pero la acusación a los habitantes de la península ibérica como valientes e incapaces de establecer guardias, en realidad podría rastrearse hasta Estrabón.

También como en otras ocasiones, el revolucionario Hitler distingue entre «el pueblo llano», soldados y gente común, y los dirigentes (y oficiales) de la misma «raza» o país. Para las clases dirigentes españolas el Führer no tenía más que desprecio, especialmente para Franco y Serrano Súñer.

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No se permiten fotografías

Como acabamos de ver, la corrección de los soldados de este 11º ejército en el comienzo de Barbarroja está fuera de toda duda. Por ello Wöhler, el jefe del Alto Mando de este 11º ejército, tuvo que escribir la siguiente orden, nada menos que el 22 de julio de 1941. Hay que señalar que los verdugos, en esta ocasión, son las tropas rumanas en Balti, y que los alemanes son sólo testigos (NOKW-2523):

Ante un caso especial, es necesario señalar explícitamente lo siguiente.

Debido a la concepción que en la Europa oriental tienen de la vida, es posible que los soldados sean testigos de acontecimientos  (tales como ejecuciones masivas, asesinato de civilies, judíos y otros) que los alemanes no pueden impedir en este momento, pero que infringen muy profundamente su sentido del honor.

Cualquier persona normal tiene claro que no debe tomar fotografías de unos excesos tan desagradables ni informar de ellos cuando escribe a casa. La distribución de fotografías y la difusión de noticias sobre tales acontecimientos se considerarán una subversión de la decencia y de la disciplina en el ejército y serán estrictamente castigadas. Todas las fotografías, los negativos y los informes sobre dichos excesos deberán recogerse y enviarse a la Ic/AO del ejército, con una nota indicando el nombre del propietario.

Contemplar con curiosidad dichos procedimientos está por debajo de la dignidad del soldado alemán.

Hilberg, Raul: La destrucción de los judíos europeos (The destruction of european Jews 1961-2002, traducción de Cristina Piña Aldao). Akal, Barcelona 2005. pg.354

Otra orden semejante en el 6º ejército el 10 de agosto de 1941 se ha conservado como NOKW-1654 . También Heydrich el 12 de noviembre prohibió a sus hombres que tomasen fotografías. Se mandarían fotografías «oficiales», sin revelar, a la RSHA IV-A-1 como asunto secreto del Reich.