Filogermanismo español y propaganda nazi; una historia muy, muy larga

Entre los aficionados a la historia militar, es difícil encontrar a alguien que no manifieste su profunda admiración por el maravilloso ejército alemán de la segunda guerra mundial. Casi siempre luego te recuerdan que esa admiración no tiene nada que ver con el nazismo o con los brutales comportamientos “de las SS”. Pero claro, como expertos, nos recuerdan que “las Waffen SS eran soldados, no es lo mismo que la SS” y que la mayoría de generales alemanes en realidad desde siempre fueron antihitlerianos, y unos perfectos caballeros.

También se suele resaltar eso de la “exagerada propaganda aliada”. Conozco a gente con notables bibliotecas sobre la SGM, en las que apenas hay un par de libros escritos desde un “punto de vista” tan proaliado como Liddell Hart. Cuando algún autor se muestra especialmente justificativo con los bombardeos aliados, como Noble Frankland en la añeja San Martín, el prólogo español inmediatamente pone las cosas en su “sitio”. Y, jamás, figura un solo libro sobre el holocausto. Tampoco es tan fácil, hasta hace bien poco no pasaban de la docena los libros publicados en español sobre el tema, y aunque el actual boom editorial casi ha triplicado esa cifra, sólo el más baratito de César Vidal en Alianza ha llegado a la segunda edición, que no sé si se pueden atribuir al tirón del autor (actual nuevo gurú de la derecha “auténtica” española), o a que Alianza siempre reedita su fondo de bolsillo.
Hasta 1960 no se publica en español un solo libro sobre el holocausto: “El tercer reich y los judíos” de Poliakov y Wulf (Seix Barral). En su prólogo, su editor y traductor parcial Carlos Barral necesita justificarse por publicar un libro sobre este tema, tan desagradable. Pero tranquilos, las fotos no son especialmente morbosas, montones de gafas, la puerta de Treblinka, documentos… nada de mal gusto. El cambio de título de “Judgment at Nuremberg” por “Vencedores y vencidos”, parafraseando cierta famosa portada del Abc de 1946, no es más que una anécdota, así como el que se suprimieran las imágenes filmadas en los KZ que muestra el fiscal de la película.
Sin embargo, ninguno de estos admirables estudiosos de esta conflagración llega tan siquiera a admitir que haya existido algo llamado “propaganda alemana”, y que ésta ha tenido “dificultades” para llegar a los españoles, o a toda la comunidad hispanohablante. Eso sí, si tienen ejemplares auténticos y en español de Signal” o “Der Adler”, los muestran orgullosos…
Se podría decir que es normal que se publiquen tantísimos libros sobre la SGM desde una perspectiva “alemana”, y que vendan más ejemplares que no ese tostón tendencioso de “Cruzada sobre Europa”de Eisenhower. Lo podéis encontrar en cualquier librería de viejo, eso sí, será casi imposible que veáis aun a precios prohibitivos los de Guderian, Manstein, Rudel, Dönitz, Kesselring, Knocke… 1960 fue también el año de publicación de “Piloto de stukas” de Rudel, por el Ministerio delAire. Pero también se publicaron otros libros de asuntos “relacionados” con la SGM. Mateu redita “el judío internacional” de Ford en 1961, y “los protocolos de los sabios de Sión” en 1963. España es el país con más ediciones de “Mi lucha” fuera de Alemania, y se reeditan otros “clásicos” como las obras de Carlavilla. Pero tranquilos, pronto estamos en contacto con lo más moderno del revisionismo europeo: Acervo comienza la publicación de las obras de Paul Rassinier en 1961. Los títulos son en sí mismos un poema: “La mentira de Ulises” “La verdad sobre el proceso Eichmann” (1962). “El drama de los judíos europeos” está anunciado en las solapas de la edición en rústica de “Vive peligrosamente” de Skorzeny, pero al parecer no llegó a ser publicado en español. Aunque se está consolidando el mito de Franco salvador de judíos, y se publican nuevos libros sobre el holocausto en los 70, la antorcha sigue alta e impasible el ademán gracias a nuevos hallazgos como el español Joaquín Bochaca o el mexicano Salvador Borrego . Son los “años dorados” del entonces polémico David Irving, cuyas obras son betsellers que publica puntualmente Planeta, pero cuyas tesis exculpatorias del nazismo pasan ampliamente desapercibidas entre la comunidad aficionada a la historia militar. A fin de cuentas, no se diferencian demasiado del común del aficionado al género.
España, a fin de cuentas, es el paraíso de los neonazis. La CEDADE es la organización NS más importante de Europa, e incluso abre delegaciones en Francia. Recibe apoyos “directos” e intelectuales de importantes exiliados, como Skorzeny, Degrelle, Horia Sima… La organización se colapsa a principios de los 80 tras intentar transformarse en partido político con listas en todas las circuscripciones, aunque ellos siempre han aludido a problemas económicos… que no les impidieron pagar conferenciantes tan caros como Irving, publicar revistas técnicamente impecables, e incluso una sobre… música clásica. Sobre el tema Manuel Florentín, Álvarez Chillida y Xavier Casals han escrito varios libros, que remito al curioso en ampliar conocimientos de nuestra historia reciente.
A día de hoy sigue habiendo aficionados, “para nada neonazis”, que encuentran ofensivo el tono de un Kershaw en su biografía de Hitler (habría que ver qué pensarían de leer a Trevor Roper …). Nadie se ofende si se califica a los italianos o a los franceses de “cobardes”, o a los ingleses de traidores… pero cielos, hay que ver la que se monta cada vez que alguien duda de la inmaculada potencia y honorabilidad del ejército alemán…
Lo cual nos lleva, por supuesto, al tema de los malvados comunistas… porque claro, está muy mal generalizar y decir eso de que los “alemanes” en realidad eran buenos y tenían pánico a la Gestapo, que el Heer desarrollaba su lucha heroica en el frente mientras “algunos SS” en la retaguardia hacían barbaridades, y no faltará quien compare a la lucha antipartisana como algo necesario, contra los que, en definitiva, eran bandidos y terroristas, casi siempre comunistas.La SGM es, al mismo tiempo, la típica guerra entre países por fronteras, con Francia y Reino Unido intentando estrangular a la pobrecita Alemania, y una saga histórica sin precedentes, en lucha contra el comunismo ateo y represor. Después de todo, muchos nos hemos criado con las “Hazañas bélicas” de Boixcar, en sus múltiples reediciones desde 1948, y tranquilos, aún están disponibles en edición para coleccionistas (es decir, por un ojo de la cara). Tampoco habría que menospreciar tanto al cine bélico que se estrenaba en España, todas esas películas holwoodienses propagandísticas, empezando por esa bailaora española republicana de   “Casablanca suprimida hasta 1975. Una saga iniciada con “Guadalcanal” (Guadalcanal Diary, 1943) estrenada en España en junio de 1945. Su anuncio en El Alcázar no tiene desperdicio: “la epopeya moderna de la raza blanca escrita a sangre y fuego. La primera gran película norteamericana que llega a nuestras pantallas”. Después de todo, la ñoña “Rommel, zorro del desierto” (The Story of Rommel, The Desert Fox, 1951) no se estrena hasta 1963. “Ser o no ser” (To Be or Not to Be, 1942, Ernst Lubitsch) en 1970, “El gran dictador” (1940) de Chaplin en 1975…
Así que sí, definitivamente vivimos en un país donde lo raro es encontrarse a aficionadillos a la cosa militar que no admiren al glorioso ejército alemán, gracias a la asfixiante propaganda norteamericana (para los de tendencia derechista) o prosoviética (para los que se confiesan de izquierdas, que tampoco pudieron ver “el acorazado Potemkin” hasta 1975). Donde los nazis apenas han tenido oportunidad de expresarse.
Como diría Forges, País…

11 pensamientos en “Filogermanismo español y propaganda nazi; una historia muy, muy larga

  1. Como señala Perico, recientemente se han reeditado prácticamente todas las memorias de los generales alemanes, por lo que ahora es más fácil ver las ediciones antiguas más baratas en las librerías de viejo -aunque no tanto como los libros de Einsehower o Truman, por poner un ejemplo.

    Además, otra apostilla: «Auschwitz» de Laurence Rees (Editorial Crítica) llegó a alcanzar una tercera edición, anes de salir en bolsillo. Pero como las editoriales españolas no tienen ninguna obligación de hacer públicas sus cifras de ventas, será muy difícil comprobar si este libro alcanza o supera el éxito del de César Vidal.

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  2. Antes que nada una felicitacion por el esfuerzo de llevar esto, como bien se dice aqui durante muchos años la imagen que las tropas del III Reich tenian eran la de tipos apoliticos e inocentes cuyo unico defecto era el de ser demasiado profesionales a la hora de seguir ordenes, vinieran de quien vinieran.

    Desde hace muchos años soy aficionado a la historia militar (sobre todo la que viene del siglo XIX a la fecha), y siembre vi la literatura digamos «filonazi» (Degrelle, Rassinier y demas clones…) en el mismo lugar que por ejemplo la literatura dedicada a los fantasmas o a los ovnis.

    Pero cuando comence a interesarme por la difusion en internet de la historia militar (un fenomeno muy interesante desde luego), me sorprendio encontrarme con que muchas de dichas ideas tenian una difusion sorprendentemente extensa, sobre todo en el ambito de nuestro idioma, en gran parte debido al «esfuerzo» de dichos personajes.

    No digo que no se deban de leer, al contrario, la formacion de un criterio maduro y bien cimentado depende de analizar de manera critica cualquier idea, venga de donde venga, lo malo es cuando uno se enfrenta a una audiencia que ha sido formada leyendo a Degrelle, a Rudel y a Borrego, la famosa frase «…la historia la escriben los vencedores…» me he cansado de escucharla en diversos foros en la red, con insinuaciones de lo mas diverso, como si en efecto Auschwitz-Birkenau fuera producto de la mente obscura de algun propagandista aliado y no un producto clasico del nazismo.

    Un problema que tenemos en los paises de habla hispana es la casi no-existencia de literatura o publicaciones que analicen la cuestion del engaño que dichos «autores» (desde Irving hasta Faurisson) perpetran sobre la audiencia, aunque «Los asesinos de la memoria » de Pierre Vidal-Naquet hace tiempo que se puede conseguir a precio modico es raro ver algun otro esfuerzo por llevar a nuestra lengua literatura mas especifica, las primeras obras de Bartov por ejemplo tienen mas de 15 años de haber sido publicadas en ingles y no veo para cuando alguien se atreva a hacerlo en la lengua de Cervantes.

    Algo por demas importante de hacer, basta darse una vuelta por las librerias (escasas por otro lado gracias a la crisis de analfabetismo funcional que nos aqueja en mi pais) en la ciudad de Mexico o de provincia y ver que es mas sencillo encontrar los libros de Borrego o el fraudulento «Informe Leutcher» que alguno sobre las barbaridades del nazismo, en mis viajes por cuestiones de trabajo a Sudamerica pude constatar lo mismo.

    De alli repito, que esfuerzos como este sean siempre bienvenidos.

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  3. MiguelFiz, gracias por tus palabras. De Bartov hace varios años que Inédita lleva anunciando la publicación de «El ejército alemán», pero por algún motivo no terminan de llevarlo a cabo. Supongo que es mucho más comercial sacar las memorias de Manstein, Guderian… aunque también han reeditado las de Eisenhower. Por Internet «algo» empieza a notarse, por lo menos cuando busco «Van Roden» ya aparece este blog.
    Si tienes alguna idea, o quieres sugerir algún tema no tienes más que decirlo. Un cordial saludo.

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  4. Todo este penoso artículo parte de un supuesto: la descarada y alevosa ignorancia de los cien millones de personas exterminadas por el comunismo; los 6 a 15 millones de alemanes asesinados por crímenes de guerra, genocidios y crímenes contra la humanidad; la asfixiante propaganda norteamericana, sobretodo en el terreno cinematográfico, que identifica al fascismo y a los alemanes en particular con el mal absoluto, etcétera. Todos estos hechos han provocado que, cada vez más, el lector objetivo se incline por las fuentes alemanas a la hora de conocer la guerra. Es la única forma de tener una garantía de veracidad ante el volumen de la intoxicación que los vencedores (los mayores criminales de la historia) han vertido sobre ese período histórico.

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    • ¿Cien millones de personas exterminadas por el comunismo? ¿De donde sacas tales cifras? De los crímenes de Stalin (Colectivización forzada, Purgas, Holodomor, persecuciones, etc.) en la URSS, los cálculos que se han manejado dan una mínima de 8 millones y una máxima de 15. De la China comunista no existen datos confiables dado el hermetismo de las autoridades de ese país para hablar de sus fracasos, pero las estimaciones hablan de entre 30 y 40 millones de defunciones debidas principálmente a la brutal hambruna provocada por la colectivización en el campo durante los inicios de los años cincuenta y en menor grado por la llamada «Revolución Cultural. de los sesenta. Esto nos daría entre 50 y 60 millones de víctimas del comunismo. ¿De donde sacas los otros cuarenta? ¿De tus lecturas revisionistas acaso? Por otro lado, en el caso de China, el mayor número de víctimas se dio por la aplicación de políticas fallidas en el campo chino lo que propició la pérdida de la mayor parte de las cosechas con la consecuente hambruna. En un país eminentemente agrícola como China, si el ciclo agrícola se rompe, las consecuencias son catastróficas. Además ese tipo de crisis se han dado en el país en diversas ocasiones a través de su historia. Pero es casi seguro que Mao no buscaba el «exterminio» de los campesinos chinos porque fueran «inferiores», cosa que tu «führer» si ordenó hacer con los judíos, los gitanos, los eslavos y otros grupos. Nadie ha dicho que los nazis hayan sido los únicos genocidas de la historia -que si fueron los peores tal vez no tanto en la cantidad, pero si por la motivación, inutilidad y banalidad de sus crímenes- en lo que a mi respecta, rechazo todo tipo de crimen y violencia hecha por el Estado, independientemente del régimen y la época que se trate. Pero lamento decirte que el título de este blog es sobre los crímenes del Tercer Reich y la Wermacht. Para otros crímenes y genocidios abre tu propio blog y no descontextualizes los temas que se analizan en éste.

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  5. Jaume, si te hubieras molestado en leer el penoso artículo habrías comprobado que describe la situación de 1945 a 1975, bajo la censura franquista, y sobre todo sobre un colectivo -si puede calificarse así-, el de los aficionados a la historia militar. Sí, hubo «axfisiante propaganda norteamericana, sobretodo (sic) en el terreno cinematográfico», con la prohibición de «Ser o no ser» (¡hasta 1970!) o de «El gran dictador» de Chaplin, con los cortes en «Vencedores y vencidos» o «El baile de los malditos»… Sí, durante el franquismo nada se sabía de los crímenes cometidos en nombre del comunismo, nadie defendía a los pobrecitos alemanes, las editoriales Acervo, Caralt, AHR, Mateu, tenían problemas publicando según qué libros…
    Lo de siempre, el culo y las témporas.

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    • Ocurre que yo no estoy planteando las cosas desde la perspectiva de dicho artículo, sino entrando en la cuestión, más de fondo, de por qué dicho artículo adopta semejante perspectiva, o sea, el eterno más de lo mismo antifascista, que ya hiede a fuerza de aburrir. Y tengo derecho a enfocarlo así porque el artículo de marras ignora los hechos fundamentales de todo este asunto. Por mucha que haya sido la manipulación del franquismo, no es nada comparada con la que, mano a mano, han llevado a cabo los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sean comunistas o cristiano-liberales. El artículo crece a la sombra del mayor fraude informativo que la historia recuerda. Vive de ese fraude. Y la cosa no se arregla con ironías y (sic)s pedantes, señor intelectual. La mentira es la mentira, por mucho que se vista de erudición.

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      • Sr Ferrerons, quedan claras sus querencias políticas, aunque parece que le dé vergüenza admitirlas abiertamente; eso sí, usted no se corta en etiquetar a los demás.

        Por otra parte, basta con leer el blog del Sr. Ferrerons para darse cuenta de que pie calza: el de un mero spengleriano de cuño postmoderno. Creo que será una lectura divertida, porque me ha bastado con echar un vistazo en sus dos últimos posts para constatar que carecede todo método analítico, cualquier cosa con letras le sirve para apuntalar sus postulados :-)

        Espero que el autor de este blog se lo pase tan bien como yo respondiéndole: ¿qué sería del mundo sin frikis nazillones? ;-)

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      • ¿Más de dos años para esta respuesta????

        Muy mal, Jaume, muy mal. Si le place poner un comentario a un artículo de otro, es de esperar que tenga algo que ver con el mismo. A mí más bien me parece que le duele porque de esa manipulación franquista de la segunda guerra mundial nace ese filonazismo heredero de la CEDADE que tanto atrae a los de su edad. De las películas bélicas de los 60-70, se han quedado con la figura del «oficial alemán bueno» y niegan la del «nazi malo» como un añadido espurio.

        El caso es que no me cita un solo dato para sustentar su tesis, No rebate una sola de mis afirmaciones, ni pone en cuestión ningún dato. Simplemente es un artículo que trata un tema desde una perspectiva que no le gusta, por lo que merece todo su desprecio. Pues vale. Y gracias por lo de pedante, intelectual, y lo de la erudición. Viniendo de alguien que escribe un blog tan ligero como el suyo es todo un halago.

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      • Ese “señor” Ferrerons huele a criptonazi a una legua de distancia. El hecho de tener que aguantar sus comentarios inconexos y en ocasiones absurdos no es lo peor, sino su soterrada y apenas disimulada simpatia por el nazismo. El hecho que no lo reconozca no le ayuda en nada. A eso se le llama cobardia e hipocresia.

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  6. Acabo de descubrir esta página a través de este excelente artículo. Espero poder seguirla y ponerme al día con rapidez :-)

    Es bueno que existan iniciativas de este tipo en castellano, el panorama que tiene la Historia de la Segunda Guerra Mundial en España y en castellano es, cuanto menos, árido y muy pro-germano, aunque como Simon Ball observa, no es cliché exclusivo de nuestro caso, al hacer la reseña de una obra de R.M. Citino hará unos años:

    «He retains that almost misty-eyed admiration for Teutonic military prowess that has become a cliché of much military history.» (BALL, 2004: 119-120)

    Un saludo,

    – BALL, Simon (2004). «Book Review: Quest for Decisive Victory: From Stalemate to Blitzkrieg in Europe, 1899-1940», War in History, vol. 11 nº 1, pp. 118-120. Anold- SAGE Publications, Londres- Thousand Oaks, CA. 3 páginas.

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