El protocolo secreto de Hendaya, 23-11-40.

Texto tal y como aparece en el capítulo 15 de las memorias de Serrano Suñer, Entre el silencio y la propaganda. Planeta, Barcelona 1977. Cotejado con Documents on German Foreign Policy, 1918-1945 Series D (1937-1945) tomo XI (September 1, 1940-January 31,1941), Washington, 1960. Pg.  466-467. Negritas y subrayados son de este blog.

Hendaya, octubre 23, 1940. Los Gobiernos italiano, alemán y español se han mostrado conformes en lo siguiente:

1. EI intercambio de opiniones entre el Führer del Reich alemán y el Jefe del Estado español, siguiendo a esto conversaciones entre el Duce y el Führer así como entre los Ministros de Asuntos Exteriores de los tres países en Roma y Berlín, ha aclarado la presente posición de los tres países entre sí así como las cuestiones implícitas al modo de llevar la guerra y que afectan a la política general.

2. España declara estar dispuesta a acceder a la conclusión del Pacto Tripartito en septiembre 27, 1940 entre Italia, Alemania y Japón, y a este fin firmar, en la fecha que sea fijada por las cuatro Potencias unidas, un protocolo apropiado que contemple su actual acceso.

3. Por el presente Protocolo, España declara su conformidad al Tratado de Amistad y Alianza entre Italia y Alemania y al mencionado Protocolo Secreto complementario de 22 de mayo de 1939.

4. En cumplimiento de sus obligaciones como aliada, España intervendrá en la presente guerra al lado de las Potencias del Eje contra Inglaterra, una vez que la hayan provisto de la ayuda militar necesaria para su preparación militar, en el momento en que se fije de común acuerdo por las tres Potencias, tomando en cuenta los preparativos militares que deban ser decididos. Alemania garantizará a España ayuda económica, facilitándole alimentos y materias primas, así como a hacerse cargo de las necesidades del pueblo español y de las necesidades de la guerra.

5. Además de la reincorporación de Gibraltar a España, las Potencias del Eje afirman que, en principio, están dispuestas a considerar, de acuerdo con una determinación general que debe establecerse en África y que puede ser llevada a efecto en los tratados de paz después de la derrota de Inglaterra -que España reciba territorios en África en extensión semejante en la que Francia pueda ser compensada, asignando a la última otros territorios de igual valor en África; pero siempre que las pretensiones alemanas e italianas contra Francia permanezcan inalterables. (Nota escrita a máquina al pie del documento que dice lo siguiente: El texto original dice: «protegiendo hasta aquí las reclamaciones alemanas que sean hechas contra Francia» y fue corregido en la forma que figura más arriba de mano de S. E. el ministro Ciano).

6. El presente Protocolo será estrictamente secreto, y los aquí presentes se comprometen a guardar su más estricto secreto, a no ser que por común acuerdo decidan hacerlo público.

Hecho en tres textos originales en italiano, alemán y español.

Cuando Serrano publicó estas memorias este protocolo secreto ya era conocido entre los historiadores, desde la publicación de los documentos de la política exterior alemana en inglés durante los años 50-60. Dentro de España se le acusó de ser falso, de estar mal traducido, de que faltaban firmas y sellos oficiales como para que fuera válido…  pero el mismo Serrano reconoció su autenticidad, y se extrañó, ingenuamente, que no se encontrase la copia española en los archivos del Ministerio de Asuntos  Exteriores.

De hecho, España sigue siendo el único país occidental que tiene prohibido el acceso a gran parte de sus archivos  históricos, sobre todo a partir de 1931. Además, no existe ninguna esperanza de que se permita el acceso alguna vez, pues no existe ninguna ley que oblige a la desclasificación automática pasado un plazo de años, como las que hay en EEUU, Reino Unido, o cualquier otro estado democrático. Veremos si finalmente esta situación termina cambiado. Actualmente ni el Vaticano nos gana para practicar el secretismo histórico.

Por supuesto, se puede seguir argumentando que, de hecho, España no intervino en la segunda guerra mundial. Pero si fuera tan evidente de que fue por la hábil prudencia de Franco o por propósito disimulado de un maquiavélico Serrano Suñer, y no por simple cambio de intereses de Hitler  ¿por qué se han destruido tantos archivos, como la correspondencia de la embajada de España en Berlín, y no, por ejemplo, los de la embajada de Rumanía, que permiten seguir las peripecias de Sanz Briz?

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