«Filogermanismo»

Filogermanismo español y propaganda nazi; una historia muy, muy larga

Entre los aficionados a la historia militar, es difícil encontrar a alguien que no manifieste su profunda admiración por el maravilloso ejército alemán de la segunda guerra mundial. Casi siempre luego te recuerdan que esa admiración no tiene nada que ver con el nazismo o con los brutales comportamientos “de las SS”. Pero claro, como expertos, nos recuerdan que “las Waffen SS eran soldados, no es lo mismo que la SS” y que la mayoría de generales alemanes en realidad desde siempre fueron antihitlerianos, y unos perfectos caballeros.
También se suele resaltar eso de la “exagerada propaganda aliada”. Conozco a gente con notables bibliotecas sobre la SGM, en las que apenas hay un par de libros escritos desde un “punto de vista” tan proaliado como Liddell Hart. Cuando algún autor se muestra especialmente justificativo con los bombardeos aliados, como Noble Frankland en la añeja San Martín, el prólogo español inmediatamente pone las cosas en su “sitio”. Y, jamás, figura un solo libro sobre el holocausto. Tampoco es tan fácil, hasta hace bien poco no pasaban de la docena los libros publicados en español sobre el tema, y aunque el actual boom editorial casi ha triplicado esa cifra, sólo el más baratito de César Vidal en Alianza ha llegado a la segunda edición, que no sé si se pueden atribuir al tirón del autor (actual nuevo gurú de la derecha “auténtica” española), o a que Alianza siempre reedita su fondo de bolsillo.
Hasta 1960 no se publica en español un solo libro sobre el holocausto: “El tercer reich y los judíos” de Poliakov y Wulf (Seix Barral). En su prólogo, su editor y traductor parcial Carlos Barral necesita justificarse por publicar un libro sobre este tema, tan desagradable. Pero tranquilos, las fotos no son especialmente morbosas, montones de gafas, la puerta de Treblinka, documentos… nada de mal gusto. El cambio de título de “Judgment at Nuremberg” por “Vencedores y vencidos”, parafraseando cierta famosa portada del Abc de 1946, no es más que una anécdota, así como el que se suprimieran las imágenes filmadas en los KZ que muestra el fiscal de la película.
Sin embargo, ninguno de estos admirables estudiosos de esta conflagración llega tan siquiera a admitir que haya existido algo llamado “propaganda alemana”, y que ésta ha tenido “dificultades” para llegar a los españoles, o a toda la comunidad hispanohablante. Eso sí, si tienen ejemplares auténticos y en español de Signal” o “Der Adler”, los muestran orgullosos…
Se podría decir que es normal que se publiquen tantísimos libros sobre la SGM desde una perspectiva “alemana”, y que vendan más ejemplares que no ese tostón tendencioso de “Cruzada sobre Europa”de Eisenhower. Lo podéis encontrar en cualquier librería de viejo, eso sí, será casi imposible que veáis aun a precios prohibitivos los de Guderian, Manstein, Rudel, Dönitz, Kesselring, Knocke… 1960 fue también el año de publicación de “Piloto de stukas” de Rudel, por el Ministerio delAire. Pero también se publicaron otros libros de asuntos “relacionados” con la SGM. Mateu redita “el judío internacional” de Ford en 1961, y “los protocolos de los sabios de Sión” en 1963. España es el país con más ediciones de “Mi lucha” fuera de Alemania, y se reeditan otros “clásicos” como las obras de Carlavilla. Pero tranquilos, pronto estamos en contacto con lo más moderno del revisionismo europeo: Acervo comienza la publicación de las obras de Paul Rassinier en 1961. Los títulos son en sí mismos un poema: “La mentira de Ulises” “La verdad sobre el proceso Eichmann” (1962). “El drama de los judíos europeos” está anunciado en las solapas de la edición en rústica de “Vive peligrosamente” de Skorzeny, pero al parecer no llegó a ser publicado en español. Aunque se está consolidando el mito de Franco salvador de judíos, y se publican nuevos libros sobre el holocausto en los 70, la antorcha sigue alta e impasible el ademán gracias a nuevos hallazgos como el español Joaquín Bochaca o el mexicano Salvador Borrego . Son los “años dorados” del entonces polémico David Irving, cuyas obras son betsellers que publica puntualmente Planeta, pero cuyas tesis exculpatorias del nazismo pasan ampliamente desapercibidas entre la comunidad aficionada a la historia militar. A fin de cuentas, no se diferencian demasiado del común del aficionado al género.
España, a fin de cuentas, es el paraíso de los neonazis. La CEDADE es la organización NS más importante de Europa, e incluso abre delegaciones en Francia. Recibe apoyos “directos” e intelectuales de importantes exiliados, como Skorzeny, Degrelle, Horia Sima… La organización se colapsa a principios de los 80 tras intentar transformarse en partido político con listas en todas las circuscripciones, aunque ellos siempre han aludido a problemas económicos… que no les impidieron pagar conferenciantes tan caros como Irving, publicar revistas técnicamente impecables, e incluso una sobre… música clásica. Sobre el tema Manuel Florentín, Álvarez Chillida y Xavier Casals han escrito varios libros, que remito al curioso en ampliar conocimientos de nuestra historia reciente.
A día de hoy sigue habiendo aficionados, “para nada neonazis”, que encuentran ofensivo el tono de un Kershaw en su biografía de Hitler (habría que ver qué pensarían de leer a Trevor Roper …). Nadie se ofende si se califica a los italianos o a los franceses de “cobardes”, o a los ingleses de traidores… pero cielos, hay que ver la que se monta cada vez que alguien duda de la inmaculada potencia y honorabilidad del ejército alemán…
Lo cual nos lleva, por supuesto, al tema de los malvados comunistas… porque claro, está muy mal generalizar y decir eso de que los “alemanes” en realidad eran buenos y tenían pánico a la Gestapo, que el Heer desarrollaba su lucha heroica en el frente mientras “algunos SS” en la retaguardia hacían barbaridades, y no faltará quien compare a la lucha antipartisana como algo necesario, contra los que, en definitiva, eran bandidos y terroristas, casi siempre comunistas.

La SGM es, al mismo tiempo, la típica guerra entre países por fronteras, con Francia y Reino Unido intentando estrangular a la pobrecita Alemania, y una saga histórica sin precedentes, en lucha contra el comunismo ateo y represor. Después de todo, muchos nos hemos criado con las “Hazañas bélicas” de Boixcar, en sus múltiples reediciones desde 1948, y tranquilos, aún están disponibles en edición para coleccionistas (es decir, por un ojo de la cara). Tampoco habría que menospreciar tanto al cine bélico que se estrenaba en España, todas esas películas holwoodienses propagandísticas, empezando por esa artista española republicana de   “Casablanca suprimida hasta 1975. Una saga iniciada con “Guadalcanal” (Guadalcanal Diary, 1943) estrenada en España en junio de 1945. Su anuncio en El Alcázar no tiene desperdicio: “la epopeya moderna de la raza blanca escrita a sangre y fuego. La primera gran película norteamericana que llega a nuestras pantallas”. Después de todo, la ñoña “Rommel, zorro del desierto” (The Story of Rommel, The Desert Fox, 1951) no se estrena hasta 1963. “Ser o no ser” (To Be or Not to Be, 1942, Ernst Lubitsch) en 1970, “El gran dictador” (1940) de Chaplin en 1975…
Así que sí, definitivamente vivimos en un país donde lo raro es encontrarse a aficionadillos a la cosa militar que no admiren al glorioso ejército alemán, gracias a la asfixiante propaganda norteamericana (para los de tendencia derechista) o prosoviética (para los que se confiesan de izquierdas, que tampoco pudieron ver “el acorazado Potemkin” hasta 1975). Donde los nazis apenas han tenido oportunidad de expresarse.
Como diría Forges, País…

20 pensamientos en “«Filogermanismo»

  1. Una apostilla, se acaban de reeditar las memorias de casi todos los jerarcas nazis de la segunda guerra mundial (Speer, Doenitz, Guderian, Rommel, Von Manstein en España; Kesselring, Keitel en Argentina).
    Y dos libros de Eisenhower. ¿apostamos quién vende más?

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  2. Hola! Aunque no esté de acuerdo en el fondo de tu texto, si creo que haces una exposición bastante fundamentada.

    Pero, cual es la razón por la que dedicas tanto esfuerzo a esto?

    Un atento saludo

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  3. Hola, Boneuser, perdona la demora en contestarte, estas fechas estoy poco atento.

    No hay un «gran esfuerzo» en esto. Son textos y citas que escribí en diversos foros de historia militar, que adapto para que puedan leerse independientemente, y de paso actualizo los datos si ha habido novedades bibliográficas.

    El detonante fue la lectura de «La Wehrmacht» de Wette por la editorial Crítica, el primer libro traducido al español sobre este tema y muy mediocre.
    Y lo cierto es que aún no he empezado con la parte más «dura», sobre los materiales que exhiben las webs neonazis, más que nada porque de entrada me interesan otras que se presentan como «neutras» y que no lo son en absoluto. Ellos sí que hacen un gran esfuerzo; en casi ocho años en Internet de actualizaciones continuas, y presentando un plantel de una veintena de colaboradores, aún dedican más espacio a hablar de los campos de concentración ingleses para expatriados, o estadounidenses para norteamericanos de origen japonés que no sobre los del III Reich…

    Muchos saludos, y gracias por tus palabras.

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  4. Pingback: Más de un año en red « antirrevisionismo

  5. Saludos
    Es evidente que el bagaje cultural del firmante de este artículo en el tema de la Segunda Guerra Mundial es, cuanto menos, intimidante.
    Peso a eso me permito a exponer mi humilde opinión.
    Es cierto que la gran mayoría de los aficionados por el tema simpatizan con la situación alemana. Pero de ahí a que apoyasen los genocidios creo que hay un gran paso.
    Sí existe un deseo de borrar esa imagen de «buenos y malos», de «cruzada» y de «liberación». La SGM fue un conflicto por el poder, no por libertad ni por política. Esa es la historia de la guerra. Sin embargo se ha disfrazado esa realidad histórica con una máscara de principios para lo cual se han deformado muchos hechos. Existió el genocidio, existió Dresde, existieron las matanzas japonesas, las purgas stalinistas…
    En mi opinión no hay malos ni buenos. Sí que hay una distinción en respeto a la vida entre totalitarismos y democracias, pero la línea es mucho más tenue de lo que parece.
    Lo que yo me pregunto es por qué si buscas en ebay una cruz de hierro te obligan a tapar la esvástica pero no a los símbolos comunistas, japoneses, chinos…

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  6. La «distinción en respeto a la vida entre totalitarismos y democracias» es simplemente brutal. La SGM fue muchas más cosas que un «conflicto de poder», que es lo que suelen ser todas las guerras, pero explicarlo supone mucho más que expresar una opinión, supone conocer el tema más allá de si una cruz de hierro es auténtica o de si el panzer IV tenía un cañón de 75 mm.

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  7. Hola
    Como me doy por aludido te voy a contestar.
    Leo en efecto las vivencias de los generales del ejército alemán Von Manstein, Guderian, Rommel, en primer lugar por que me da la gana y en segundo porque me parecen brillantes y pioneros en sus tácticas, así mismo te dire que desprecio a Himmler, Hitler, Dietrich, Goering e individuos de esta calaña. Para tí no habrá ninguna diferencia entre unos y otros, pero para mí sí.
    Porque yo siento gran admiración por el que fue estado
    Prusiano, su estado mayor, su ejército, su manera de entender la vida. Admiro a los generales como Moltke o Schlieffen y a los que derrotaron a los Franceses en Sedan y posibilitaron al Kaiser Guillermo fundar Alemania en el salón de los espejos de Versalles. Admiro a Ludendorff y a Hindenburg y a la capacidad de sacrificio, disciplina prusiana y camaradería que mantuvo unido al soldado alemán en el barro de las trincheras desde el 14 al 18.
    Porque admiro ese espiritu prusiano, cuyos herederos son los generales que cité en el primer grupo y algunos más, y a los que considero auténticos genios tácticos y estratégicos, es por lo que me seduce tanto leer sus memorias.

    Aunque te extrañe hay mucha gente como yo, que desprecia al partido nazi, al genocida de Hitler y a Himmler y su máquina cobarde de exterminar inocentes, y sin embargo admira al ejército prusiano/alemán desde tiempos de Federico el Grande o desde que Blücher derrotó a Napoleón en Waterloo.

    Entiendo que la gente critique la admiración hacía un estado tan militarista como el prusiano, germen de Alemania, pero es lo que siento. También hay gente que admira al exterminador de ucranianos Stalin o a los «héroes americanos» que borraron del mapa Hiroshima y Nagasaki y están bien vistos.

    Saludos cordiales

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  8. Me parece muy bien que, como el anónimo comentarista anterior, tengas tu propia opinión. Lo malo es que ninguno de los dos aporta no ya datos, sino tan siquiera argumentos.
    Mi postura me parece que está respaldada por una abundante recopilación de hechos, documentos y estudios, y puede verse en las setenta entradas de este blog, más todas las que me quedan. La hipocresía de Manstein, Milch, Doenitz y tantos otros está ahí para quien quiera enterarse. Pero eso sí, hay que leer alguna historia de la SGM posterior a Liddell Hart, o libros escritos hace menos de treinta años. En castellano, aparte de los libros que he ido citando, tienes «no sólo Hitler» de Gellatelly, «La Wehrmacht» de Wette, «El terror nazi» de Johnson, «El oscuro mundo de Spandau» de Goda, acaba de salir «Vida y muerte del III Reich» de Fritzsche, y en breve (supongo) saldrá «El ejército de Hitler» de Bartov. Por resumírtelo muy mucho, Luddendorf y Hindenburg engañaron al pueblo alemán acerca de cómo se perdió la guerra. En la posguerra ambos colaboraron activamente en el ascenso del nazismo. Ni el Reichwehr ni la Werhmacht fueron instituciones apolíticas. Desde el mismo inicio de la guerra, en Polonia, quedó muy claro qué futuro le esperaba en Europa a las «razas inferiores». Ahora bien, cada cual es muy capaz de tener su opinión y de admirar a quien le apetezca. Y de no confundir la parte con el todo, el juez con el verdugo, lo principal y lo secundario.
    Todos los comentarios de este tipo aparecen y me imagino que seguirán apareciendo en esta entrada. ¿Pero por qué no encuentran algún fallo concreto en algún párrafo, o por qué no expresan esas mismas opiniones en entradas como estas?

    Legislación para la población polaca, septiembre-octubre 1939

    La vida en Posen [Poznan] invierno 1940-41

    El futuro de Polonia, según Hitler

    La Wehrmacht y los crímenes de guerra. La ocupación de Polonia (1939-40)

    Manstein, Barbarroja y los crímenes de guerra

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  9. Hola me encanta tu web y de vez en cuando la leo con mucho interés.

    De un tiempo aesta parte empezé a leer bibliografía sobre los generales alemanes, y la verdad hay cosas de ellos que me parecen harto interesantes, brillantes, imaginativas si bien en un contexto que yo entiendo como un juego (la estrategia y la táctica) pero lamentablemente se que no es ni fue un juego sino algo mucho más doloroso. Este reciente interés mostrado por el «lado alemán» quizás provenga de que en general, muchos de nosotros somos de la generación que creció con las peliculas americanas de Sabado cine, donde los buenos y los malos estaban muy marcados. Quizás con la edad nos volvemos críticos y por ello nos empieze a interesar la información sobre «la otra cara de la moneda» lo malo es que todo es un mercado y muchas veces al igual que pasaba con el cine americano y su agobiante publicidad, también del otro lado aparezca mucha mierda. Para ello están páginas como la tuya. Creo tener suficiente seso como para desentramar la paja del trigo en libros tan interesante pero peliagudos como «Vive peligrosamente» y coasa así. Del Holocausto no me oirás hablar mucho porque llevo toda mi vida con el encima (y ello es necesario pues no hay que olvidar) pero me parece normal que el interés aumente por otro lado porque de Holocausto estamos un poco hasta arriba. Sin lugar a dudas el que niegue o justifique hechos tan horrorosos es un demente. Pero entiende que «otro libro mas» sobre el holocausto venda menos que unas memorias recientes se debe tan sólo a variedad, novedad, originalidad, marketing, moda y otros aspectos, más inteligentes como puede ser interés, afan de conocimiento, entender un conflicto desde sus dos partes, etc..

    Me siento un poco raro cuando se da a entender que leer sobre militares alemanes es filogermanismo, o cosas peores, te seré sincero he leido sobre algunos militares aliados y en general son aburridos, pesados, y poco imaginativos, salvo Orde Wingate, Patton y pocos más se me fue la ilusión rápidamente. No digo que el generalato alemán fuera trigo limpio, líbreme dios, pero hay personajes apasionantes, no creo que lo pongas en duda ¿verdad?. Es curioso porque los mismo militares aliados, americanos e ingleses sobretodo no se estremecen en afirmar las genialidades de algunos de sus enemigos y ello me parece muy loable.

    Negacionistas, revisionistas y esa ralea son basura que se delatan rápidamente. hay una cosa muy cierta que has comentado. No son tan peligrosas las webs neonazis como aquellas que quieren aparentar neutralidad y no son neutrales.
    La imparcialidad nace del conocimiento de las partes y nosotros hasta hace muy poco no teníamos acceso a algunas de ellas, pero el hecho de estudiarlas no nnos hace como ellos. danos un poco de cuartelillo o te volveras tan intolerante como los propios intolerantes.

    Desde aquí mi felicitación por este sitio. Nunca había escrito pero ya era hora. Un cordial saludo.
    Gundi

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    • Hola, Gundi, muchas gracias por tus amables palabras. Sí, yo también recuerdo esas películas de cuando en España sólo había dos cadenas. Por un lado estaban las viejísimas películas de guerra rodadas en la segunda guerra mundial, como es normal llenas de propaganda bélica, y luego estaban «las modernas», de los sesenta y setenta, algunas rodadas en España, en las que siempre tenías al «nazi malo» y al «soldado alemán bueno». No creo que haga falta recordar algunos títulos: «La batalla de las Ardenas», «El puente de Remagen», «la gran evasión», «el baile de los malditos»… esa es la imagen que ha quedado fijada en muchos aficionados a la historia militar, y es la que intento rebatir en este blog, ayudado, por cierto, por cada vez más títulos traducidos sobre este tema. Lo gracioso es que esa visión de los «nazis malos» y los «soldados alemanes buenos» es pura propaganda estadounidense, una servidumbre para ganarse el esfuerzo de la Alemania Federal en la guerra fría. Es igual de falsa que la que se vendía al otro lado del telón de acero, según la cual en la RDA sólo había auténticos luchadores antifascistas, mientras el ejército de la RFA seguía siendo un nido de nazis.

      Quienes han roto estos esquemas han sido historiadores y sociólogos alemanes más jóvenes y, sobre todo, los nuevos archivos puestos a disposición de los investigadores según se cumplían los plazos marcados por las leyes de secretos oficiales, además de la caída de la URSS.

      Ahora podemos leer con más perspectiva lo que nos narraban esos generales alemanes, genios de la estrategia y la táctica, sí, pero también de la autoindulgencia y el disimulo. Lo malo es que se están reeditando en muchas ocasiones sin ninguna nota o introducción, o incluso en la misma traducción -pocas veces desde la lengua original- de los años cincuenta.

      Por poner otro ejemplo no tan centrado en los grandes mariscales, no sé si has leído alguna obra del también recientemente reeditado Paul Carell. Se vende como historia, pero en ninguna parte de la edición española se indica que es un pseudónimo del que fuera jefe de prensa de Ribbentrop, director de la revista Signal, y teniente coronel de las SS, Paul Karl Schmidt. Nunca estuvo en el frente, ni fue «corresponsal de guerra», como reza la solapa de sus libros.

      Respecto al holocausto, «negacionistas» y «revisionistas», qué quieres que te diga. En estos dos años sólo he tenido un comentarista que por lo menos se había leído un libro sobre «su» tema. Pensaba que iba a haber algo más de nivel, pero bueno…

      De nuevo, muchas gracias por tus palabras, Un gran abrazo, y confío que este blog siga siendo de tu interés durante mucho tiempo.

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  10. Buenas tardes.

    Comparto del todo el enfoque del artículo. En general el blog me parece una loable iniciativa.

    Desde mi punto de vista, no hay forma de considerar la actuación de las fuerzas armadas alemanas en tiempos de la Segunda Guerra Mundial (sobre todo el ejército) sin considerar los fundamentos ideológicos del régimen que desencadenó el conflicto, el régimen nazi, al que aquéllas debían su obedeciencia, ni los objetivos perseguidos por el mismo.

    Jamás se debe dejar de considerar que la Wehrmacht estuvo lejos de librar una guerra convencional. Las motivaciones ideológicas y la radicalidad de propósitos del agresor por antonomasia, la Alemania de Hiler, hizo de la IIªG.M. un conflicto cualitativamente distinto de los anteriores. El frente germano-soviético fue, desde el inicio dela invasión alamana, una guerra de exterminio. Es un hecho que la Wehrmacht estuvo en importante medida involucrada en la guerra de hegemonía racial desatada por Hitler (muy principalmente el ejército. La Wehrmacht, que ya antes se había cubierto de oprobio al claudicar frente al dictador (recuérdese su complicidad en los crímenes de la «noche de los cuchillos largos», la destitución apañada de altos mandos, el acuerdo prestado al criminal expansionismo de Hitler, el aberrante juramento a la persona del Führer…). Vergüenza.

    Pasmo. Es lo que me causa la ceguera de quienes no ven nada de reprochable en el militarismo prusiano o en la tradición autoritaria del estado prusiano (ambos factores, trasvasados al estado alemán y decisivos en las dos guerras mundiales).

    Una consulta, Sr Antirrevisionismo: ¿por qué le ha parecido muy mediocre el libro de W. Wette, «La Wehrmacht. Los crímenes del ejército alemán»? (Adelanto que, en mi opinión, es un trabajo interesante y un aporte en su área, sobre todo para quienes nos vemos restringidos a leer bibliografía en castellano.)

    Saludos.

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    • Hola, Rodrigo, muchas gracias por tus amables comentarios. Por lo que recuerdo, el libro de Wette estaba más centrado en cuestiones ideológicas y de imaqen, que no de hechos. Tampoco es que, originalmente, engañe a nadie, simplemente el tema tratado es otro, que no los crímenes del ejército alemán. En Crítica nos han engañado doblemente con el título del libro, primero con la tipografía (para que los despistados lo compren sólo leyendo lo de «Wehrmacht») y luego inventando: «Die Wehrmacht. Feindbilder, Wernichtungskrief, Legenden» no se puede traducir «La Wehrmacht. Los crímenes del ejército alemán»…. de eso nos damos cuenta incluso los que no sabemos alemán. La edición inglesa, por ejemplo, no es del todo exacta, pero por lo menos se parece: «The Wehrmacht: History, Myth, Reality», (es decir, historia, mito, realidad)… y sí describe el contenido del libro.

      Repito, muchas gracias por tu amable comentario. Cordiales saludos

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  11. Muchas gracias por la respuesta.

    Coincido en que el título puesto por la editorial es incorrecto, partiendo por el hecho de que el ejército alemán no era toda la Wehrmacht (por lo que sé, designación genérica de las fuerzas armadas del III Reich). Aparte esto, que no es responsabilidad del autor, el libro me pareció muy interesante precisamente por enfocarse en los fundamentos ideológicos y de imaginario –tal cual señalas- de los crímenes en que estuvieron implicadas las FF.AA. alemanas, muy principalmente el ejército. Ilustrados por algunos hechos ejemplares. Me parece que ofrece material muy pertinente para el intento de explicarse acontecimientos tan desastrosos.

    Mira, me da un poco de vergüenza hacer esto, pero ya que he visto un enlace a Hislibris en tu blog… Yo soy el aficionadillo que reseñó el libro justamente en ese portal:

    http://www.hislibris.com/la-wehrmacht-los-crimenes-del-ejercito-aleman-wolfram-wette/

    La idea no es hacerme publicidad como reseñador ni forzarte a poner un comentario ahí, de ninguna manera, sino tan sólo invitarte -y a los lectores del blog- a leer mi apreciación del libro del Sr. Wette. Admito que al reseñarlo no puse atención en lo relativo al título.

    Seguiré atento a tu blog.

    Desde Chile, saludos cordiales.

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    • Rodrigo, fuera de este blog y como confieso en algún otro lado también participo en hislibris y otros foros de historia, evidentemente con un nick que no es «antirrevisionismo». Comprenderás que aquí me es esencial el anonimato… tanto, que no he pedido correlación en los enlaces ni a hisibris, ni a ningún otro sitio. Yo también soy un «aficionadillo», nadie me paga por hacer este blog, aunque después de tantas sugerencias confieso que estoy empezando a considerar buscar patrocinadores entre la comunidad hebrea, qué caramba.

      Aunque no añado entradas desde agosto, comentarios como el tuyo me animan a seguir actualizándolo. Lo cierto es que tengo bastante material acumulado, lo que me da pereza es la servidumbre de formatearlo para internet, comprobar enlaces, etc., etc.

      Cordiales saludos.

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  12. A propósito:

    Lo de los títulos en Crítica puede ser de cuidado. Conozco otro caso que es un disparate y un despiste respecto del contenido del libro. Me refiero a «La utopía nazi», de Götz Aly. El título original en alemán es «Hitler Volkstaat. Raub, Rassenkrieg und nationale Sozialismus», que según creo sería en castellano: «El Estado popular de Hitler. Robo, guerra racial y nacionalsocialismo». El concepto de Volkstaat es en sí bastante complejo, pero lo central aquí es que el título puesto por Crítica resulta engañoso pues parece referirse a un estudio sobre la dimensión utópica de la ideología nazi, cosa de lo que no hay asomo en el libro. Éste trata más bien sobre la política de explotación y despojo sistemático de los países ocupados por Alemania durante la IIªG.M., con cuyos frutos los nazis pretendieron -y lograron en importante medida- comprar la aprobación o connivencia de la población alemana. Tema relevante -una de las vertientes del criminal régimen nazi-, pero muy distinto del de tipo ideológico.

    Pero no es sólo Crítica. Un interesante trabajo del historiador Michael Thad Allen, «Hitler’s Slave Lords» (Los amos de esclavos de Hitler) fue publicado en 2006 por Grupo Editorial Tomo (de México) bajo el impreciso título de «Hitler y sus verdugos». El libro es un estudio sobre la implicación de la burocracia y de equipos técnico-profesionales alemanes en la utilización de mano de obra esclava durante la guerra, abordando el cruce o solapamiento de aspectos administrativos e ideológicos. La tesis central es que no hubo una distancia tajante entre nazis fanatizados por la ideología de una parte y tecnócratas absortos en su trabajo de la otra, sino que prevaleció un consenso ideológico tal que la administración y la racionalidad económica estuvieron supeditados a los principios del régimen, es decir, a su ideología de hegemonía racial. En fin, la cosa es que el título en castellano es incorrecto.

    Saludos.

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    • Me parece lógico que los editores intenten hacer más vendibles los títulos que publican, siempre y cuando no nos engañen respecto a lo que venden. A mí, los textos de portada y contraportada del libro de Wette me “engañaron”, porque el libro no describe los crímenes de guerra de la Wehrmacht, mientras que ‘La utopía nazi. Cómo Hitler compró a los alemanes’ de Aly sí se ajusta al contenido del libro, aunque, como muy bien señalas, no tiene nada que ver con el título original. Para mí lo de Wette fue parecido a lo que señalaba George en vuestra reseña de

      http://www.hislibris.com/la-guerra-olvidada-david-halberstam/

      No es lo mismo comprar un libro sobre la guerra de Corea, que sobre los EEUU y la guerra de Corea. Por lo demás, esta discusión y la del libro de Halberstam son muy parecidas. ¿no te parece?

      Cordiales saludos.

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    • Se me olvidaba, aparte del tema del título o no, el libro de Wette me sigue pareciendo mediocre en cuanto a que tiene demasiadas servidumbres respecto a la actualidad. Exagerando un poco, intenta traspasar demasiado un sistema de valores actual (lo correcto en la Europa occidental de principios del siglo XXI) al que reinaba en Alemania en los años treinta-cuarenta del siglo XX.

      Cordiales saludos.

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  13. ¿Participas en Hislibris? Bueno, esto es una agradable noticia. (Lástima no poder saber con qué nombre o nick lo haces.)

    Puede que tengas razón en el último punto, aunque a mí no me ha parecido que Wette cometa esa falla, una suerte de anacronismo. En fin, creo que debo releer muy detenidamente el libro. En cuanto al punto anterior (símil con el libro de Halberstam), sí coincidimos por completo.

    Saludos, y mucho ánimo. Blogs como el tuyo son imprescindibles.

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