
Cartel para el reclutamiento de voluntarios flamencos para las Waffen SS. Es de 1943, pero no llama a la cruzada anticomunista, sino que dirige la atención sobre los malvados ingleses, que quieren poner sus garras sobre Flandes.
(Continuación de las partes uno y dos)
Richmond, Virginia. Al final de la guerra, en marzo de 1865, el desesperado Congreso Confederado llegó a discutir la conveniencia de armar y reclutar ejércitos de esclavos negros para que combatieran por el sur. No era la primera vez que se debatía la propuesta públicamente. Hay que tener en cuenta que, según el censo de 1860, los estados rebeldes del sur contaban con una población de 9,1 millones de habitantes, de los que eran esclavos 3,5 millones, un 39% de la población. Aparte había 132.760 free colored, negros libres, al inicio de la rebelión. De todas formas el final de la guerra el 9 de mayo de 1865 zanjó la cuestión.

Cartel para la recluta de voluntarios croatas.
Pero claro, a nadie se le ocurriría sacar como conclusión de estos hechos que los confederados tenían planificado el terminar con la esclavitud si conseguían hacer definitiva la secesión. Que sólo luchaban por sus derechos como estados, y no por la peculiar institución.
Stalingrado: cambian las tornas
La URSS no se derrumba en 1941. Ni en 1942. Tras la gran derrota de Stalingrado, y del anuncio de la «guerra total» de Goebbels, la Wehrmacht cede a las Waffen-SS la mayoría de unidades extranjeras que tutelaba. Esto no significa que se hagan «miembros de las Waffen-SS», ni mucho menos de las SS generales, sino que están a su servicio, como los turcópolos de los templarios. El nombre de sus unidades incluye la palabra Freiwilligen, voluntarios.
El III Reich no puede permitirse el lujo de seguir ignorando a posibles colaboradores, aunque sean de «razas inferiores». Se irán formando unidades con todo tipo de nacionalidades europeas (y asiáticas) de países ocupados o de prisioneros, incluyendo tártaros, indios musulmanes, shiks e hindúes, prisioneros de todos los rincones de la URSS, pero también unas decenas de británicos, sólo empleados con propósitos publicitarios, o casi cien nacionalistas bretones, utilizados en labores antirresistencia en su propio entorno.
La inmensa mayoría de estas unidades de extranjeros tienen suboficiales y oficiales alemanes, o descendientes de alemanes nativos de ese mismo país, que cuentan con la ventaja de ser más o menos bilingües. Para crear nuevas divisiones con alemanes, sencillamente obligan a los adolescentes de 17-18 años, a punto de hacer los seis meses de trabajo comunitario a comienzos de 1943 a ingresar en las Waffen-SS. Después de un periodo de prueba, la mayoría seguirá en la organización, y formarán las divisiones 9º y 10º. La siguiente gran unidad alemana, la número 12, se formará directamente con adolescentes nacidos en 1926, de las Juventudes Hitlerianas,
El final de la guerra
Con algunas excepciones, las unidades de las Waffen-SS a principios de 1944 pueden clasificarse en tres grandes categorías:
- Las puramente alemanas, casi todas transformadas en blindadas. Son consideradas de élite por su núcleo de veteranos, su equipo, la calidad de sus reclutas y el tiempo que dedican a su entrenamiento. Ejemplos: 1º, 2º, 3º, 9º, 10º, 12º divisiones.
- Las «germánicas», de voluntarios de lengua germánica, con mandos en su mayoría alemanes. Casi todas de infantería motorizada, de calidad desigual, aunque en general se considera que su rendimiento es aceptable, tanto en combate como en imagen. Ejemplos: legiones (más adelante brigadas, incluso divisiones) danesas, noruegas, holandesas, flamencas…
- Las de extranjeros no germánicos, aunque con mandos alemanes, de infantería, caballería, y de montaña. Casi todas empleadas en tareas antipartisanas. Por ejemplo las divisiones croatas, albanesa, italianas…
Esta clasificación deja fuera numerosas excepciones. Por ejemplo, la 4º división de las Waffen-SS, formada a principios de 1940, es puramente alemana, y siempre fue de simple infantería. La 17º, formada por alsacianos y loreneses, es nominalmente alemana, pero la mayoría de sus reclutas han crecido en la Francia de 1918-1939, por lo que la Wehrmacht directamente ha preferido que Himmler se encargue de su adoctrinamiento. La 5º Wiking, la primera «germánica», juntaba a voluntarios de toda Europa, pero mantuvo siempre un gran porcentaje de alemanes. Letones, estonios y lituanos formaron unidades de combate de infantería que lucharon en el frente, con un rendimiento decente, aunque otras, como las francesas o la ucraniana, apenas resistieron días en primera línea antes de tener que ser retiradas.

Cartel para el reclutamiento en Ucrania, 1943: Uniros a las filas de la División de infantería SS «Galitzia» en defensa de tu tierra natal ¡En hermandad de combate con los mejores luchadores del mundo!
Finalmente, en diciembre de 1944 y dadas las necesidades de la guerra, se prescinde completamente de selecciones, o de requisitos especiales. Los nuevos reclutas ya no serán voluntarios, sino que son enviados directamente por el sistema nacional de reemplazos, como a cualquier otra unidad del ejército alemán, y con los mismos requisitos. Mientras, los caudillos locales de países anteriormente ocupados que se han replegado hacia Alemania con sus fieles cuentan por primera vez con un abundante colectivo colaboracionista que, como ellos, no tiene más alternativa que luchar por el III Reich hasta el final.
La posguerra
Después de 1945, y según fueron olvidándose los aspectos más amargos de la segunda guerra mundial, resurge la extrema derecha europea, con dos corrientes distintas: una localista, que negaba las virtudes de las instituciones de la Unión Europea, que veían cómo laminaba todo tipo de tradiciones y peculiaridades nacionales y regionales, y por otro una visión «europeísta», que veían en el final del III Reich y en las Waffen-SS un precedente de esa unión europea y de la OTAN. Esta segunda fue la que predominó al final, y la que aceptaron neonazis de todo el mundo, ya que servía para hacer del nacionalsocialismo una ideología «universal», algo negado siempre por Hitler y por sus seguidores… hasta que comprobaron que la «raza superior», en solitario, no podía vencer contra el resto del planeta.
Aunque buena parte de la extrema derecha anterior a 1939, incluso de inspiración fascista, se negó a colaborar con Alemania, por considerar que su nacionalismo estaba por encima del «nuevo orden», predominó la imagen (falsa) de que la resistencia había estado dominada por los comunistas, olvidando su componente conservador, cuando no decididamente de extrema derecha, que había formado grupos de resistencia desde el mismo comienzo de la ocupación, mientras que los comunistas sólo sintieron la necesidad de luchar contra Alemania después de Barbarroja.
Considerar a las Waffen-SS como un «ejército europeísta» es tan absurdo como darle esta misma consideración a la mucho más antigua legión extranjera francesa, o considerar a las antiguas tropas alemanas de Tanganika como un ejército panafricano. Los franceses (y los alemanes) empleaban sus tropas en función de sus propios intereses nacionales, sin ninguna intención internacionalista o europeísta. Una ideología, además, completamente opuesta a la doctrina política del NSDAP, del III Reich y de Hitler.
Una buena cantidad de las unidades extranjeras de las Waffen-SS sólo combatieron contra las resistencias europeas, tanto en su propia zona de origen (croatas, italianos) como fuera, como los yugoslavos en general, o los ucranianos en Eslovaquia. Algunas unidades flamencas y holandesas incluso combatieron contra los occidentales, a favor del ocupante, en su propio territorio nacional, algo convenientemente olvidado por sus admiradores.
En definitiva, como demuestra la simple existencia de este esbozo de artículo, sí hubo un campo en el que triunfaron las Waffen-SS: el propagandístico. Su fama trasciende la de cualquier otra unidad militar, de esta o de otras guerras. Las publicaciones acerca de los más mínimos de sus contingentes no cesan, en todos los idiomas posibles y sobre los colectivos más insignificantes, como los musulmanes bosnios, y sus feces, tan fotografiados como inútiles para el combate.
Su atractivo es el que ofrece en general, «el lado oscuro», frente a las ñoñas y aburridas fuerzas del bien. Darth Vader (y su vestuario) frente a Luke Skywalker. Y entra más en el terreno de lo psicológico y sociológico, que en el del puramente histórico-militar.
Crímenes de guerra, holocausto.
Respecto a la cuestión de los crímenes de guerra, la historiografía actual más o menos coincide en que su número fue semejante al de unidades parecidas de la Wehrmacht, excepto en las campañas de Francia de 1940 y 1944. Otra cuestión es su implicación en el holocausto y en el sistema de los campos de concentración. Ya antes de su nacimiento, SS-VT y SS-Totenkopfverbände intercambiaban personal regularmente. En diciembre de 1940 la mayoría de los SS que vigilaban los campos, y algunos de los que los administraban, pasaron a las Waffen-SS para formar la división SS-Totenkopf. Pero desde abril de 1941 Himmler incluye al todo el personal de los campos, junto con el de otras muchas organizaciones y oficinas SS, dentro de las Waffen-SS. El propósito es evitar que sus hombres sean llamados a prestar servicio militar en la Wehrmacht. Pero como antes, siempre ha habido intercambio de puestos y destinos entre las unidades del frente y las de retaguardia, incluyendo los campos. El asunto de los oficiales está más o menos estudiado, pero aún no hay análisis cuantitativos sobre la tropa, si bien se estima, por ejemplo, que formaron aproximadamente un tercio de los Einsatzgruppen.
Fuentes: aparte de los enlaces indicados, la mayoría de los datos provienen de:
Leleu, Jean Luc. 2013. Waffen SS. Historia Completa De Las Tropas Más Temidas De La Segunda Guerra Mundial. Traducido por Carlo Caranci. Madrid: La Esfera.
El resto figuran en:
Gellately, Robert. 2002. No sólo Hitler: La Alemania nazi entre la coacción y el consenso. Barcelona: Editorial Crítica. En especial el capítulo 7. La cifra de trabajadores extranjeros en Alemania en agosto de 1944, pg. 211.
Michaelis, Rolf. 2008. SS-Heimwehr Danzig in Poland 1939. Atglen, PA: Schiffer Publishing Ltd. Composición, pg. 10-11.
Sydnor Jr, Charles W. 1990. Soldiers of Destruction. Updated edition with a New Preface edition. Princeton Oxford: Princeton University Press. La referencia a que con el personal de la antigua Totenkopfverbände no tenía más que para la mitad del personal de la división, pg. 45.
Weidinger, Otto. 1990. Das Reich I, 1934-1939: 2 SS Panzer Division Das Reich. Winnipeg, Man.: Fedorowicz. Para los orígenes de la SS-VT y Waffen-SS. Datos sobre la «legión austriaca» pg. 19. El II.SS-Deutschland pg. 18-29.
Weidinger, Otto. 1995. Das Reich II 1940-1941. Fedorowicz. Pg. 218-19 sobre la transición de SS-Germania a SS-Wiking.
Weidinger, Otto. 1998. Comrades to the End: The 4th SS Panzer-Grenadier Regiment «Der Führer» 1938-1945: The History of a German-Austrian Fighting Unit. First printing edition. Atglen, PA: Schiffer Publishing, Ltd.
Los carteles de reclutamiento ucranianos.
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Buen articulo y como siempre muy completo espero que sigas publicando mas
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Muchas gracias, CCESE, en ello estamos. Se agradecen tus parabienes.
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Muy buen foro y me gustan sus investigaciones.
Quisiera preguntarle por un artículo de Hitler llamado «Últimas consideraciones» he encontrado ese escrito y quisiera saber si es un fraude montado o si realmente es de la autoría de Hitler: sospecho que es falso porque no he encontrado mucho y ni siquiera en Metapedia me aparece algo relacionado, solo un archivo en PDF.
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Por lo que he mirado, en Argentina un editor decidió sacar un libro con ese título bajo el nombre (y el retrato) de Hitler. A no ser que tengas interés en las falsificaciones o los apócrifos, yo no perdería tiempo o espacio en el disco duro en ese texto.
¡Gracias por tus halagos! Cordiales saludos.
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Recién descubro este blog, tus investigaciones son increíbles de detalladas, mi más sincera admiración y felicitaciones. Respecto al absurdo de las SS como un «ejército europeísta”, en caso de que no lo hayas leído recomiendo «Hitler’s Empire» de Mark Mazower, donde un par de capítulos detallan hasta que nivel llegaba la oposición ideológica de los nazis a plantear un proyecto pan-europeo, y como fue que fracasaron los pocos intentos que hicieron al respecto.
Saludos desde Argentina.
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Muchas gracias, Julián. Siéntete en tu casa. Sí conozco la obra de Mazower, aunque sólo superficialmente. El libro que cita lo tradujo Crítica hace unos años.
La oposición primaria, supongo, fue de Hitler. Siempre le pareció que la creación de divisiones enteras con estos cipayos era un desperdicio de armas y suministros, para la obtención de unas pocas fotos de propaganda.
Cordiales saludos.
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