Himmler y las Waffen SS: Ideas claras sobre crímenes de guerra

A la hora de disculpar o disimular los crímenes de guerra de las Waffen SS desde el mismo comienzo de la segunda guerra mundial se suele tirar de los tópicos: que si el acaloramiento del combate, que si la inexperiencia de los soldados, que si contestar a otros semejantes de los adversarios… Pero estaban implícitos en la concepción nacionalsocialista de la guerra, y no sólo contra los «subhumanos» eslavos. Himmler tenía muy claro cómo debían portarse los nacionalsocialistas desde antes de la guerra. Estas fueron sus palabras en un discurso ante SS-Gruppenführer (rango de las SS equivalente a teniente general), celebrado en Múnich el 8 de noviembre de 1938:

He dicho al comandante del estandarte «Alemania» [SS-standarte Deutschland, de las SS-VT, En la nomenclatura SS, equivale a regimiento] que considero correcto —y esto vale también para cualquier guerra venidera— que nunca debe haber un SS prisionero. Antes tiene que acabar con su vida. En nuestro bando tampoco habrá prisioneros. Las guerras del futuro no serán un escarceo, sino una confrontación de los pueblos a vida o muerte […] Por otra parte —y por muy bondadoso y decente que queramos ser en cada caso individual— seríamos absolutamente despiadados cuando se tratara de salvar a un pueblo de la muerte. Entonces no importaría que tuviéramos que tumbar en una ciudad a mil personas. Yo lo haría, y esperaría también de ustedes que lo hicieran.

Longerich, Peter: Heinrich Himmler. Biografía. (Heinrich Himmler. Biographie, 2008) Traducción de Richard Gross. RBA Libros, Barcelona 2009. pg. 234.

9 pensamientos en “Himmler y las Waffen SS: Ideas claras sobre crímenes de guerra

    • Himmler habla a sus Waffen SS. Otra cosa es que parece que a usted le cuesta distinguir entre Alemania y el NSDAP, o entre el Ejército alemán y las SS armadas. Para que lo entienda, le voy a indicar un índice de lectura cronológico, a ver si lo capta. Primero, tiene estos discursos de Himmler proclamando que desprecia todo eso de las convenciones de prisioneros. Después, no es de extrañar que se produzcan crímenes como estos por parte de sus Waffen SS:

      Himmler y sus Waffen SS

      Las comandancia jurídica de la Wehrmacht quiere juzgar estos primeros crímenes de guerra cometidos por Waffen SS, al igual que los suyos propios. No lo consiguió. Hasta el mismo himmler reconoce que hay un problema de disciplina en febrero de 1940:

      Cómo se mantiene el orden en el este, febrero de 1940

      El comandante del ejército de ocupación se permite elevar una protesta a Hitler:

      La Wehrmacht y los crímenes de guerra. La ocupación de Polonia (1939-40)

      Resultado: es destituído. Por otro lado, las Waffen SS quedan fuera de la jurisdicción de la Wehrmacht.

      ¿Se va entendiendo, o lo escribo más despacio?

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      • Y por cierto, leyendo su enlace, que es poco más que un resumen del libro de Bacque, léase las memorias de cualquier nazi (o soldado alemán) de los que estuvieron prisioneros de los aliados. Una buena cantidad de ellos simplemente se fugó sin demasiados problemas, incluso con la colaboración de los desbordados captores. Lo que sí está demostrado es que la expresión de «other losses» indicaba pérdidas de prisioneros, no sólo muertes. Los fugados, trasladados, etc., también eran «other losses».

        Tiene un buen resumen en «Después del Reich. Crimen y castigo en la posguerra alemana» de Giles Macdonogh. pp. 596-643. No es precisamente comprensivo con las autoridades de ocupación multinacionales, pero tampoco cae en el simplismo de Bacque.

        Y como siempre ¿Esto qué tiene que ver con un discurso que Himmler pronuncia ante sus gruppenführer en noviembre de 1938???? ¿O es que el Reichsführer tenía una máquina del tiempo para justificar sus excesos antes incluso del comienzo de la guerra???

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  1. Gracias por esta informacion, no estaria mal que todos compartiesemos nuestros conocimientos, sobretodo de la politica en españa, a dia de hoy todo esta podrido y hace falta gente que lo difunda. De todos modos muchas gracias po tu articulo, ;)

    Un saludo!!

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  2. Usted sigue sin explicar la cuestión planteada. En un tono prepotente y tratándome como si yo fuera subnormal, me viene a decir que hubo problemas entre las SS y la Werhrmacht con el tema de la Convención de Ginebra. Pero sigue siendo un hecho que los alemanes, ya fueran nazis o no, respetaron en general dicha Convención con los prisioneros de guerra occidentales,mientras que a la inversa se produjo una verdadera masacre. No entremos en las cifras, para Bacque son unas, para Macdonough mucho más reducidas las víctimas alemanas. Pero las cifras de Bacque están avaladas por De Zayas. El propio Macdonough, a quien usted cita, reconoce la atrocidad: «Fue indignante que los Aliados conspiraran para despojar a los prisioneros de su condición legal. Incluso puede calificarse de escándalo la muerte de un millón y medio debido al mal trato que recibieron. La actitud de los rusos es comprensible, aunque imperdonable: los alemanes habían dado muerte sistemáticamente a tres millones de prisioneros rusos. Pero eso no se puede afirmar de los prisioneros de guerra occidentales. (…) El hecho de que los estadounidenses procesaran de forma tan implacable a los autores de la muerte de un centenar, aproximadamente, de soldados, mientras permitían que cuarenta mil soldados alemanes murieran de hambre y abandono en los lodazales del Rin, fue un acto inconcebible de hipocresía» (Macdonough, Después del Reich, pp. 593-594). Se lo he citado casi entero porque usted dice haberse leído el libro y lo usa para «refutarme» pero el libro avala mi argumentación. ¿Lo ha entendido? Macdonough habla de hipocresía, yo hablo de crimen de guerra. Por lo que respecta a los soldados rusos, hay que recordar que los alemanes no aplicaron la Convención de Ginebra a los rusos porque la URSS se había negado a firmarla. Cuando Alemania invade Rusia, el régimen bolchevique había exterminado a 13 millones de sus ciudadanos. Hablar de «derechos» en la guerra contra un Estado de semejantes características, parecía una broma. Los alemanes exterminaban a los rusos, cierto, pero los rusos exterminaban a los alemanes. En cambio, con los prisioneros occidentales, Alemania aplicó las leyes porque esperaba un trato recíproco. Pero ese trato no les fue concedido a los alemanes. ¿Lo ha entendido ahora? Le recomiendo que se lo lea unas cuantas veces, creo que con el tiempo irá asimilando la verdad más allá de sus maniqueos esquemas mentales forjados en el molde de Hollywood.

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    • Estimado Sr. Farrerons, lamento que considere mi tono «prepotente» y todo eso, no está mal para alguien que lleva desde el 2008 calificando a mis artículos de «penosos», y a mí de «pedante» y de «señor intelectual». Además le permito llamarme todo eso, y que inserte sus enlaces publicitarios.

      ¿Podemos intentar llegar a un acuerdo? Usted escriba del tema que más le guste en su blog, que yo haré lo mismo en el mío. Es más, me comprometo a no ir al suyo cada seis meses a comentar lo primero que me pase por la cabeza y que no tenga relación alguna con lo que usted escriba.

      Pero bueno, ya que tantas ganas tiene de discutir la aplicación de la «Convención de Ginebra» en la SGM, podía empezar por no olvidar cómo amparó a los prisioneros polacos desde el mismo comienzo de la ensalada de tiros. O a los yugoslavos en 1941.Me parece muy bien que me cite a Macdonogh, la pena es que se quede en la página que le interesa, en la que expone las tesis de Bacque, y no lo haga con las conclusiones:

      «El problema radicaba en parte en el escaso cuidado que prestaban los aliados occidentales al registro de los prisioneros y en la destrucción de los archivos de la Werhmacht. El traslado de prisioneros de guerra de una nación a otra con frecuencia conllevaba un doble recuento. La cifra final de muertes jamas se conocerá, pero desde la publicación del libro de Bacque se ha demostrado que el autor interpretó erróneamente la expresión «other losses» de las estadísticas de los aliados en el sentido de «muertes», cuando en realidad se trataba de una referencia indirecta a los prisioneros que por algún motivo no resultaban ya de interés para los estadísticos: fallecidos, sí, pero también desertores, miembros del Volkssturm, y otras categorías de personas que fueron liberadas sin haber obtenido una absolución formal» (pg. 597-598).

      Y eso hace que volvamos a lo de siempre. Este discurso de Himmler es de 1938, pero más arriba tiene otro anterior. El fusilamiento de prisioneros de guerra comenzó con la toma de la oficina de correos de Danzig. Algunos en la Wehrmacht intentaron poner un poco de orden, pero sólo consiguió que las Waffen SS salieran de su jurisdicción, y para la campaña de Francia hubo una amnistía para aquellos condenados por casos de asesinato de civiles y menudencias parecidas, no para aquellos que se habían quedado dormidos en una guardia, o que habían robado, faltaría más. Pero perdone, me estoy desviando, estoy hablando del tema de esta entrada de mi blog… prosigamos.

      Como bien supo ver Dunant a la hora de crear la Cruz Roja Internacional, la única forma de conseguir que dos bandos en lucha respeten la condición de los prisioneros que caen en su poder es hacerles ver que el contrario puede hacer lo mismo. Cuando esta presión desaparece, porque un bando está completamente derrotado (Polonia 1939, Yugoslavia 1941, Alemania 1945), o porque uno de los contendientes desprecia tanto al contrario que considera que su victoria será rapidísima (cualquier guerra colonial del XIX-XX-XXI, URSS 1941) te permites despreocuparte por las posibles represalias. Total, los salvajes son los otros. Caso aparte sería Japón, sólo respetó las convenciones occidentales sobre la guerra en 1905 y 1917, en el resto prefirió seguir la mitología nacionalista del bushido, y rechazar los conceptos de prisionero de guerra o de rendición honorable.

      En su retorcida argumentación pretende disculpar a «los alemanes» por maltratar a los prisioneros rusos, porque éstos no habían firmado la Convención… de hecho, lo que la URSS rechazaba era a toda la Cruz Roja, así como otros organismos internacionales como las Olimpiadas, por lo que inventaron tanto el Socorro Rojo como las Olimpiadas del Pueblo. Pero regresando a lo que le interesa, vamos a intentar seguir su argumentación final:

      Cuando Alemania invade Rusia, el régimen bolchevique había exterminado a 13 millones de sus ciudadanos. Hablar de “derechos” en la guerra contra un Estado de semejantes características, parecía una broma.

      …..Huy, en cambio, hablar de la honorabilidad del estado nazi, del que ya se ha destapado el maltrato hacia las naciones ocupadas, la difusión del trabajo esclavo y el exterminio de judíos y gitanos de todas las nacionalidades ¿no lo es? ¿hablamos sólo de temas militares o mezclamos con ellos los civiles? ¿Polonia, repartida además con la URSS, no existió nunca? ¿Por qué Katyn es tan famosa, y casi nadie ha oído hablar de Zakroczym, Ciepielów, Zambrow, Śladowie, Uryczu, Szczucin, Serock, Boryszewie, o Majdan Wielki? Y sólo estoy mencionando casos de fusilamientos de militares polacos que se habían rendido en 1939. Y dejo aparte Piasnica Wielka, que forma parte más bien de la Intelligenzaktion, donde los oficiales eran fusilados junto con cualquier «intelectual» polaco, categoría que abarcaba de bachiller a corrector de pruebas.

      Los alemanes exterminaban a los rusos, cierto, pero los rusos exterminaban a los alemanes.

      ¿Antes de Barbarroja???

      En cambio, con los prisioneros occidentales, Alemania aplicó las leyes porque esperaba un trato recíproco.

      ¿En Le Paradis, o en Wormhoudt en 1940? ¿Con la Kommandobefehl de 1942? ¿Y acaso no se prestó un trato más que recíproco a todos los prisioneros del Eje, antes de la debacle de 1945, que dejó a los aliados con millones de prisioneros y la administración de medio continente hambriento? ¿De verdad quiere hacer un recuento de prisioneros de guerra norteamericanos, ingleses, franceses y alemanes a los que se aplicó la pena de muerte en la SGM???

      En definitiva, que «los alemanes» podían hacer lo que quisieran con «los rusos», porque eran súbditos de un estado malvado. En cambio los occidentales, con los alemanes, no. Y yo soy el maniqueo…

      Para que no se aburra de aquí a los seis meses – dos años que le llevará responderme, le dejo un par de enlaces de películas. Desgraciadamente no son de Hollywood, sino inglesas, qué le vamos a hacer…

      The One That Got Away (1957) http://www.imdb.com/title/tt0050803/
      The Mckenzie Break (1970) http://www.imdb.com/title/tt0066064/

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  3. Lamento que llamarle «señor intelectual» sea para usted algo así como el equivalente de un insulto. Y gracias por no borrar mis mensajes a pesar de semejante «ofensa».

    Yo no he citado la página en la que Macdonough desarrolla las tesis de Bacque, sino la página en la que Macdonough expone su propia postura. Me remito al libro.

    En cuanto a los ritmos de respuesta a sus posts, dependen del tiempo de que dispongo. Siento que considere un problema esta cuestión, pero, en fin, haré lo que pueda para no volver a molestarle, dado el amable tono que usted emplea con sus críticos.

    Le repito, ya entrando en el tema, que las cifras de Bacque han sido avaladas por De Zayas. Usted puede quedarse con las de Macdonough, yo me quedo con las de Bacque-De Zayas. Los motivos son obvios. En cualquier caso, todos los historiadores están de acuerdo en que el trato dado por los alemanes a los prisioneros occidentales fue, en líneas generales (aunque siempre hubo excepciones, cómo no) totalmente ajustado a la Convención de Ginebra, mientras que, gracias a Bacque, De Zayas, Macdonough y otros, sabemos que el trato dado por los angloamericanos a los alemanes tuvo un carácter claramente genocida:

    «Fue indignante que los Aliados conspiraran para despojar a los prisioneros de su condición legal. Incluso puede calificarse de escándalo la muerte de un millón y medio debido al mal trato que recibieron. La actitud de los rusos es comprensible, aunque imperdonable: los alemanes habían dado muerte sistemáticamente a tres millones de prisioneros rusos. Pero eso no se puede afirmar de los prisioneros de guerra occidentales. (…) El hecho de que los estadounidenses procesaran de forma tan implacable a los autores de la muerte de un centenar, aproximadamente, de soldados, mientras permitían que cuarenta mil soldados alemanes murieran de hambre y abandono en los lodazales del Rin, fue un acto inconcebible de hipocresía” (Macdonough, op. cit., pp. 593-594).

    Macdonough no está exponiendo las tesis de Bacque. ¿Puede usted probar esto? Si realmente lo sostiene, entonces no tendré más remedio que acusarle de fraude. Macdonough está dando su propia versión de los hechos y la cifra citada -40.000 prisioneros exterminados en los lodazales del Rhin- es suya. La de Bacque es muy superior y ronda los 800.000 soldados en manos americanas, cifra, repito avalada por De Zayas. Macdonough utiliza las palabras «indignante» e «hipocresía» para referirse a la actitud de los americanos. !No está parafraseando a Bacque! Y no creo que las conclusiones de Macdonough desmientan lo que ha sostenido con tales calificativos en en cuerpo central de su obra.

    Me pregunta si los rusos vulneraron la Convención de Ginebra antes de la operación Barbarroja. No la vulneraron, es que ni siquiera la firmaron. Y el trato dado por el Ejército Rojo a polacos, bálticos, alemanes (étnicos) y, en general, a los (presuntos) opositores al régimen bolchevique (ya fueran etnias o grupos sociales) fue atroz y determinante de la actitud del Oberkommando de la Wehrmacht hacia los prisioneros rusos. Los alemanes no esperaban de los rusos otra cosa que el exterminio en caso de ser capturados, de manera que les aplicaron a los rusos la misma medicina, pero de forma reactiva a la naturaleza criminal del sistema comunista.

    El trato dado por los alemanes a las naciones ocupadas, por ejemplo Francia, no tiene ni punto de comparación con las atrocidades genocidas del régimen bolchevique, con 13 millones de víctimas cuando Alemania invade la URSS. El holocausto no ha empezado entonces y hay que ser de un cinismo sin límites -un simple antifascista lleno de odio contra Alemania- para comparar los abusos de Dachau con el Holomodor estalinista, por poner un ejemplo.

    Yo no pretendo disculpar a los alemanes por el maltrato de los prisioneros rusos. El destino dado a esos 3 millones de prisioneros es injustificable. Pero se trata de conocer las causas de esta actuación alemana. Yo sólo afirmo que los alemanes maltrataron a los rusos porque la URSS vulneraba las normas de la Convención de Ginebra. Con eso no se justifica nada, simplemente se «comprende» el hecho. Y que se trata de una explicación lo demuestra el respeto alemán de esa convención en el caso de los prisioneros angloamericanos y franceses, cosa que no se dio a la recíproca, como reprocha Macdonough. Si los alemanes hubieran maltratado a todos por igual, entonces el tema de la Convención de Ginebra no podría considerarse un factor explicativo. En cambio, los rusos no maltrataron a los alemanes porque los alemanes hubieran maltratado a los rusos previamente. Los rusos maltrataban siempre, incluso a las presas judías de los campos de concentración. El maltrato por parte del ejército soviética era inherente a la institución. No así en el caso alemán, según demuestra, lo subrayo una vez más, que en general respetaron a los prisioneros occidentales.

    Es usted el que intenta exculpar el maltrato de los prisioneros alemanes por los alidos apelando a la supuesta hambruna, pero los aliados rechazaban la comida que la Cruz Roja destinaba a dichos prisioneros y prohibía a los familiares de los soldados alemanes entregar comida a sus padres, hijos y hermanos. Se trató de un plan de EXTERMINIO llevado a cabo con toda frialdad. El Plan Morgenthau, por más señas. Mas todo esto no existe para usted. Usted ya ha elegido bando. Su metodología consiste en excarvar hasta el centro de la tierra buscando todos los excesos de los alemanes y en minimizar o justificar o hacer desaparecer incluso los genocidios y crímenes contra la humanidad perpetrados por los venecedores. Le felicito por su celo en apoyar al que gana y, por tanto, escribe la historia. Un rasgo de acendrado humanismo el suyo. Siempre encontrará mucha gente dispuesta a animarle a patear la cara de los derrotados. La inmensa mayoría de las instituciones le ampara. Hay que ser todo un valiente, intelectualmente hablando, para diabolizar y pisotear Alemania mientras se mira al otro lado cuando Washington o Moscú masacran por millones. Es usted admirable. Un héroe del espíritu. Le adoro.

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    • Estimado Sr. Farrerons, ante todo me han sorprendido sus intentos de utilizar la ironía en sus escritos. Casi hasta parece que las entiende (las ironías, digo, no el resto de los asuntos en cuestión). Dadas las fechas en que estamos, Dado lo muchísimo que me he retrasado en responderle intentaré ser lo más cordial y sintético posible.

      1. Me reprocha el tono de mis respuestas. Pues esta fue la primera intervención suya firmada, el comentario nº 4 fechado el 31 diciembre, 2008, como siempre muy relacionado con la entrada.

      https://antirrevisionismo.wordpress.com/2007/06/14/filogermanismo-espanol-y-propaganda-nazi-una-historia-muy-muy-larga/#comments

      2. Me agradece que no borre sus intervenciones. He de confesarle, sinceramente, que algunas sí han sido borradas, cuando han sido simples colecciones de enlaces a su blog. Que no las recuerde no sé si será bueno, o malo, o indiferente. Simplemente señalo el hecho.

      3. Como debería ser de sentido común, la cronología de los hechos es básica para comprender la historia, aun cuando se tome como excusa para construir argumentarios tan peregrinos como el suyo. Yo fui quien citó el libro de Macdonough en primer lugar y, aunque comprenderá que no me lo sepa de memoria, me reafirmo en esa primera cita y primer comentario. Las «cifras», por cierto, no son de Macdonough, sino de Arthur L Smith, lo digo porque este libro está íntegramente construido con fuentes secundarias y terciarias. Repito lo que le respondí en marzo de 2011:

      Tiene un buen resumen en “Después del Reich. Crimen y castigo en la posguerra alemana” de Giles Macdonogh. pp. 596-643. No es precisamente comprensivo con las autoridades de ocupación multinacionales, pero tampoco cae en el simplismo de Bacque.
      Y como siempre ¿Esto qué tiene que ver con un discurso que Himmler pronuncia ante sus gruppenführer en noviembre de 1938???? ¿O es que el Reichsführer tenía una máquina del tiempo para justificar sus excesos antes incluso del comienzo de la guerra???

      4. Como muestra precisamente esta entrada, y muchas otras, los dirigentes nacionalsocialistas justificaban, anhelaban, y deseaban desde antes de la guerra que, cuando ésta se produjera, se realizara sin contemplaciones ni cuartel. Los incidentes protagonizados por las embrionarias Waffen SS desde el mismo 1 de septiembre de 1939, muestran que iban más allá de la teoría. Y sobre militares y civiles. Como siempre, en su argumentación, Polonia, desaparece. No importa que sí tuviera firmadas todas las convenciones posibles. Lo que importa es que no habrá en el futuro un estado polaco que invoque ningún tratado, ni prisioneros alemanes en poder de Polonia. Por cierto, los “casos aislados” en la brevísima campaña de Francia sucedieron únicamente al final, y principalmente por obra de Waffen SS. Curioso.

      5. Repito de nuevo las partes de mi anterior respuesta que no han tenido réplica.
      «Comprende», pero no justifica, el maltrato a los prisioneros soviéticos desde el mismo inicio de Barbarroja por la no firma de la URSS de la Convención de Ginebra. Sin embargo, este argumento no existió nunca en la documentación alemana de toda la planeada invasión, mucho menos el «temor» a que se maltratase a unos hipotéticos prisioneros alemanes, no digamos ya civiles, cuando se esperaba el derrumbe de la URSS en poco más de tres meses. Por no hablar del Generalplan Ost. Todas las órdenes, anteriores, repito, a Barbarroja, y todas las ampliaciones a estas órdenes dadas para respaldar las acciones de los einsatzgruppen (que no sé cómo es capaz de desvincular del holocausto) son de orden político y racial. A los soldados se les dice que son los “portadores de un concepto racial”, que están luchando para vengar “todas las atrocidades cometidas contra él y contra el pueblo alemán.” Lo que haya pasado antes con polacos, ucranianos, bielorrusos, rusos, letones, uzbekos… a nadie interesa. Menos aún qué pactos internacionales ha firmado la URSS, (muy lógico, pues se acaba de romper el pacto Molotov-Ribbentrop) o qué pueda pasar a unos futuros prisioneros alemanes. La campaña no durará más de tres meses.

      De todas formas, para tranquilizar su visión visión legalista de la guerra del Este, aunque la URSS no firmó la Convención de Ginebra de 1929, sí se atenía a la de La Haya de 1907 (firmada por la Rusia imperial). Lo que no aceptaba, sobre todo, era el permitir la correspondencia entre los prisioneros y sus familias; algo que no le interesaba en ninguno de los dos sentidos. Sin embargo, había suscrito el Protocolo de Ginebra de 1925 con la prohibición de la guerra química y bacteriológica, y el de Londres de 1936 sobre la guerra submarina. Nada más comenzar la invasión, el 1 de julio de 1941 el Consejo de Comisarios del Pueblo emitió un decreto sobre “el estatuto especial de los prisioneros”, fundamentalmente la convención de Ginebra excepto porque seguía sin aceptar observadores internacionales o intercambio de correspondencia. Hay que tener en cuenta, además, que Suiza seguía sin haber reconocido a la URSS en 1941. Paralelamente, se reforzaron los castigos para aquellos de sus soldados que se rindieran, incluyendo a sus familias. Cuando su propio hijo cayó prisionero en 1942, Stalin ordenó el arresto de su nuera.

      6. Volvamos a occidente: En la campaña de Francia hubo varios de esos «incidentes aislados» que le gusta minimizar, y que también fueron juzgados por los hipócritas angloamericanos después de 1945. La justicia militar alemana, en cambio, proclamó varias amnistías. En 1942 se da la orden de los Comandos, a Rommel le ordenan que elimine sin más a alemanes que luchasen en la legión francesa, pero manteniendo el secreto. La realidad es simple, quid pro quo. Por eso a los fugados en «La gran evasión» se les ejecuta por la «ley de fugas», no sea que los occidentales hagan lo mismo.

      7. Así, tenemos que hasta 1945 las autoridades militares y de ocupación del III Reich han recibido un número considerable de órdenes contrarias a la Convención de Ginebra. Algunas «secretas», otras, como la de los comandos, o las represalias posteriores al asesinato de Heydrich, públicas y publicitadas. Los «incidentes aislados» que pueden darse en ejércitos de estas dimensiones y a cualquier nivel, han recibido amnistías, generalmente antes del inicio de una nueva campaña. Por el otro, los que caen en manos de los hipócritas occidentales llegan a pensar que les están paseando por «aldeas Potemkin» a la vista de la inmensidad y prosperidad de los EEUU y Canadá, e incluso pueden visitar locales y tiendas vedados a las «coloured troops» en Dixieland.

      Y llega la fría y lluviosa primavera de 1945, después del Bulge y del descubrimiento de Malmedy y otros casos similares. Con embolsamiento del Rhur los prisioneros del Eje, por primera vez en el frente occidental, son varios millones. Por resumir la cuestión, ya que no dispongo del libro de Arthur L Smith (la fuente de Macdonough, publicada en 1992, que reduce la cifra de Bacque a 44.000) podemos basarnos en la crítica de Stephen Ambrose de 1991,

      http://www.nytimes.com/1991/02/24/books/ike-and-the-disappearing-atrocities.html?scp=1&sq=James%20Bacque&st=cse

      que rebaja la cifra de fallecidos en la primavera-verano de 1945, en los gélidos cercados del Rhin, a unos 56.000 muertos: una barbaridad, sin duda muchas evitables, pero que suponen una mortandad del 3%, del total de prisioneros, no del 30%; por cierto, que supondrían los 800.000 «losses» de Bacque, aun siendo su cifra mínima. (además, no veo a qué mete a Zayas en todo esto; a no ser que confunda Crimes and Mercies con Other Losses).

      Ambrose, como supremo sacerdote del altar de Eisenhower, puede no partir de una posición neutral, pero su crítica parece fundada y razonable, y fíjese que da una cifra mayor que no la posteriormente calculada por Smith. Que son muchísimos, pero dado el número total de prisioneros, y que no todos eran jóvenes y sanos (los volkssturm podían ir de 16 a 60 años) tampoco son tantos, un 3%, un tremendo incremento respecto a la media de toda la guerra, de un 1% de mortalidad de los prisioneros capturados por tropas de EEUU y RU.
      Por cierto, la mortalidad en Berga (un stalag «especializado» en prisioneros estadounidenses judíos), fue del 20%. La mortalidad de los prisioneros soviéticos, para toda la guerra, fue del 57%.

      A Bacque hay que reconocerle el mérito de destapar una página horrible del final de la segunda guerra mundial, el maltrato de los prisioneros de guerra del Eje a partir de la bolsa del Rhur, cuando los soldados, milicianos, etc., se rinden por millones. Pero estas muertes fueron inmediatamente anteriores, no simultáneas a los juicios por crímenes de guerra contra soldados aliados, no solamente los llamados «de Dachau», y no solamente por Malmedy y la Ardenas.

      A usted le parece genocidio, además planeado y consensuado en el llamado «Plan Morgenthau». Sin embargo, contamos con todos los pasos y discusiones realizadas sobre este famoso plan y, sobre todo, sabemos que NO se aprobó. Truman aceptó la dimisión de Morgenthau el día antes de partir a Postdam. En el otro extremo, no contamos con todos los detalles y versiones del Generalplan Ost, porque fueron destruidos, pero sí que pretendía crear un paraíso para “arios” de Praga a los Urales, un espacio limpio de judíos y con unos pocos eslavos reducidos a la esclavitud. Esto iba a conseguirse principalmente por hambre, en un proceso que dejaría el Holodomor en un simple ensayo de aficionados. Y si no se llegó a aplicar fue porque perdieron la guerra.

      Respecto a su parrafada final, todo eso sobre mi “celo en apoyar al que gana”, lo de la historia la escriben los vencedores, y todo eso… yo sí que estoy decepcionado. Buá, snif. Me ha dolido mucho, mucho. Pensaba que estaba discutiendo con un adulto, pero en fin, a todo se acostumbra uno… Para la siguiente iré preparando los recibos de las facturas que me paga el Mossad, para su envidia. Y que conste que, en otros ámbitos, soy un firme defensor de la civilización hitita y del reinado de su majestad José I de España.

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    • Me extraña el peregrino dato de los 800,000 prisioneros alemanes «asesinados» por los aliados occidentales. Me extraña también que los civiles alemanes, parientes, amigos y/o conocidos de los «asesinados» no elevaran propestas ante las autoridades aliadas por tales «masacres». También resulta extraño que de la gran mayoría de autores serios como Trevor Roper, Bullock, Hönhe, Eddy Bauer, Quint, Broszat, Fest, Tolland, Göerlitz, Delarue, Gerlach, Rees, Beevor y Kershaw, por sólo dar una pequeña muestra de historiadores de calidad y prestigio internacional, ninguno menciona tal masacre de prisioneros alemanes. Pero lo más extraño es que los subsecuentes gobiernos federales alemanes desde 1949 hasta nuestros días, NUNCA elevaron una protesta, ni exigieron alguna indemnización y ni tan siquiera una somera explicación a los gobiernos de EE.UU., R.U. y Francia por los supuestos «asesinados». Todo lo contrario; veinte años después del fin de la guerra, esas naciones, y principalmente los EE.UU., eran los principales aliados políticos y comerciales de la RFA. Es muy probable que sí se hayan producido actos de esa índole en las filas aliadas en contra de prisioneros alemanes, ¡pero no en esa escala, ya que estarían asesinando a más de un tercio de los prisioneros alemanes caídos en sus manos! Por otro lado, los soviéticos liberaron a más de un millón de prisioneros alemanes en 1955. Si en realidad eran tan terribles los «rojos» ¿Porqué no los asesinaron? ¿Por que no los mataron de hambre y de cansancio, si los alemanes comenzaron los asesinatos en masa de sus compatriotas en el lejano 1941? Finalmente, sigo viendo que usted es una persona por demás insensible ya que menciona con total desparpajo que los alemanes exterminaron a los prisioneros soviéticos porque «la URSS no había firmado los Tratados de Ginebra respecto al trtatamiento de los prisioneros de guerra» y «temiendo» que los soviets iban a realizar masacres con los prisioneros alemanes, estos decidieron actuar en connivencia y «adelantarse» a los rojos. Ya se le olvidó que fue Hitler en persona el que, meses antes de comenzar ‘Barbarroja’, les había dicho a sus generales «esta será la guerra más bárbara de la historia, no debemos tener contemplaciones con el enemigo, no debemos observar ningún tratado internacional para con los enemigos que se rindan, ya que él tampoco los respetará». O Hitler era nigromántico o era un hipócrita que lanzaba la piedra y escondía la mano. Esto último es lo más seguro.

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